En Asturias, el ganado se ha convertido en un aliado inesperado de la electricidad. Bajo las torres y cables que transportan la energía, ahora pasta el ganado. La estrategia para mantener limpias las líneas eléctricas ya no depende únicamente de motosierras o desbrozadoras, sino que la naturaleza vuelve a ocupar su lugar.
Cortacéspedes vivientes
Redeia, la compañía matriz de Red Eléctrica, ha puesto en marcha en Cabrales el programa “Pastoreo en Red”. Esta iniciativa introduce al ganado en los pasillos de seguridad de las líneas eléctricas. Según ha informado la propia compañía, son ocho explotaciones ganaderas de Cabrales las que se han sumado al acuerdo, aportando un total de 512 vacas, 180 cabras, 80 ovejas y 23 caballos. Estos animales pastarán sobre 67,5 hectáreas de terreno situadas bajo los tendidos de Ortiguero, Asiego y Carreña, convirtiéndose en cortacéspedes biológicos para mantener la vegetación controlada.
Un complemento más
El proyecto se suma a los métodos mecánicos habituales. “Las calles que discurren bajo las líneas eléctricas deben estar limpias y accesibles, tanto para evitar incendios como para impedir que la vegetación alcance los tendidos de los cables eléctricos y garantizar que, en caso de necesidad, los equipos de mantenimiento puedan llegar pronto y solucionar cualquier contingencia”, ha explicado Laura Quintana, directora de Desarrollo Sostenible de Redeia. El plan de pastoreo está diseñado y supervisado por la empresa Agrovidar, que también evaluará los resultados ambientales.
Un efecto con beneficios
La experiencia previa en La Rioja y León ha mostrado resultados positivos: evita la degradación del ecosistema, aumenta la fertilidad del suelo y favorece la biodiversidad, con mayor presencia de artrópodos, mariposas, polinizadores y unidades florales. En la práctica, estos pasillos bajo las líneas se convierten en corredores ecológicos que reducen la fragmentación de hábitats.
Además, el impacto no es solo ambiental. La iniciativa refuerza la economía rural, aporta ingresos a ganaderos locales, ayuda a fijar población en zonas de montaña y preserva un conocimiento tradicional: el de la ganadería extensiva.
Una iniciativa cada vez más practicada
Lo que ocurre en Cabrales no es un caso aislado. El uso del ganado como herramienta de mantenimiento se está expandiendo en el sector energético. En Australia, un estudio en el parque solar Wellington demostró que las ovejas que pastaban entre los paneles solares no solo reducían costos de mantenimiento, sino que también mejoraban la calidad de la lana gracias a la diversidad de forraje y la sombra.
En Estados Unidos, el “pastoreo solar” ha transformado la vida de pastores como JR Howard en Texas. Bajo los paneles del condado de Milam, 3.000 ovejas realizan la labor de desbroce natural. El negocio de Howard ha crecido significativamente, contando ahora con 8.000 animales y 27 empleados.
El suelo compartido
En Cabrales, la energía del futuro se apoya en un saber milenario. Entre mugidos y balidos, Asturias demuestra que la convivencia entre tecnología y naturaleza no solo es posible, sino necesaria. Allí donde antes había desbrozadoras, ahora son vacas, cabras, ovejas y caballos quienes mantienen el equilibrio entre electricidad, medio ambiente y vida rural.
Fuente original: ver aquí