En Mendoza, un encuentro de tres días podría marcar un hito en la historia, delineando una nueva arquitectura de desarrollo con un enfoque sistémico. Delegaciones de Brasil, Argentina, México, Chile, España y varios países de Centroamérica, representadas por 15 delegaciones regionales, se reunieron para dar forma a esta iniciativa.

Nace RiTA: Alianza para el Comercio Regional de Impacto

De este encuentro surgió la “Regional Impact Trade Alliance” (RiTA), una alianza que reconoce a las regiones como actores complementarios con capacidad de organización. El Primer Encuentro Iberoamericano de RiTA reunió a delegaciones de diversos territorios iberoamericanos, unidas por la voluntad de construir un nuevo modelo de desarrollo económico. A diferencia de las empresas tradicionales, RiTA promueve empresas de triple impacto, que buscan generar resultados positivos no solo en lo económico, sino también en lo social y ambiental.

RiTA fomenta la colaboración y la complementariedad entre naciones pequeñas, provincias, comunidades autónomas y ciudades. Su objetivo es impulsar la regeneración económica, social, ambiental y cultural, facilitando el comercio entre estas regiones.

Mendoza: Origen de una Alianza para el Desarrollo Regional Sustentable
*Imagen referencial generada por IA.

Un Nuevo Eje para el Comercio Internacional

¿Qué sucedería si el centro del comercio internacional se desplazara de los grandes centros financieros a regiones comprometidas con el bien común global? RiTA propone precisamente eso: que cada territorio y sus ecosistemas, inspirados en las empresas de triple impacto y desde su identidad única, se conviertan en motores de innovación económica con impacto social, económico y ambiental. Esto implica fomentar la importancia de lo local y, al mismo tiempo, ganar relevancia a nivel global.

Estas ideas han estado ganando terreno en los últimos años, conformando un nuevo modelo que plantea un cambio de paradigma. La competitividad del futuro no se mediría únicamente en términos de rentabilidad financiera, sino también en la capacidad de mejorar la vida de las personas, regenerar ecosistemas, fortalecer vínculos sociales y construir confianza a gran escala.

La Declaración de Mendoza: Un Manifiesto para el Desarrollo Sostenible

En este contexto, la declaración firmada en Mendoza resuena como un manifiesto. Una frase resume su esencia: “Los desafíos globales demandan soluciones innovadoras que surjan de lo local y lo potencien, se fortalezcan mediante alianzas interregionales y se proyecten al mundo a través de un comercio de impacto económico, social, ambiental y positivo”. Esta declaración se presenta como una guía para la acción.

Mientras muchos estados se enfrentan al desafío de responder de manera rápida y efectiva a las demandas sociales, los territorios que los componen ya están creando respuestas concretas. Estos territorios articulan sus capacidades e innovaciones culturales, productivas y organizativas para tejer nuevas formas de comerciar, colaborar y convivir dentro de los límites ecosistémicos del planeta. RiTA es un movimiento naciente que propone estándares mínimos para que una región se valide como “de impacto” (RIO – Regional Impact of Origin). Esto busca aumentar su visibilidad, atraer inversiones coherentes y potenciar su capacidad de operar en red.

Una Visión a Largo Plazo

RiTA se concibe con una visión a largo plazo, pensando en los próximos cien años. Se reconoce que solo a través de un enfoque a largo plazo se podrá desarrollar algo que verdaderamente tenga un impacto global. El próximo encuentro de RiTA, que contará con la participación de territorios europeos y de otros continentes comprometidos con esta visión, se celebrará en el País Vasco en mayo de 2026.

Mendoza: Pionera en Innovación Económica

En un mundo en crisis, la provincia de Mendoza, reconocida por su innovación económica, fue la anfitriona de este primer paso. El comercio, como intercambio real de valor basado en la colaboración y la complementariedad, ha sido y sigue siendo la fuerza económica más potente de la historia humana. Como demuestran las viñas mendocinas, las semillas necesitan tiempo, raíces compartidas y manos comprometidas. La paulatina consolidación de RiTA augura nuevas alianzas entre regiones. El futuro se construye desde abajo, desde los territorios y desde cada individuo, de manera articulada y colaborativa.

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