CARACAS.- La amplia mayoría de los venezolanos tiene claro que el 28 de julio del año pasado se robaron las elecciones. Asimismo, saben que el Consejo Nacional Electoral (CNE) otorgó la victoria a Nicolás Maduro. Posteriormente, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), junto a Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel, fueron testigos de la ilegítima juramentación.
Los venezolanos son conscientes de que la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría son apéndices de Miraflores. Han aprendido que los cinco poderes consagrados en la Constitución son uno solo. La separación de poderes ha desaparecido debido a la “unión cívico-militar-policial”.
También saben que ningún alto cargo público rinde cuentas ante la Asamblea Nacional, y que las interpelaciones parlamentarias son una práctica del pasado. El poder popular no ofrece explicaciones.
La Fuerza Armada Nacional ha sido tomada y pervertida por el poder político, careciendo de institucionalidad. Esto permite la instalación y movilización de remanentes guerrilleros de la vecina Colombia, y ha sido utilizada para la represión.
Los venezolanos, porque lo padecen a diario, saben que la industria petrolera ha sido robada y destruida. Su capacidad productiva se ha reducido drásticamente. A medio siglo de su nacionalización, solo produce tristeza. Ahora es una “caja negra”, fuente de ilícitos descomunales.
Son conscientes de que los tribunales de justicia solo protegen a los delincuentes y castigan a quienes se rebelan. Las escuelas funcionan con recursos limitados, los maestros enfrentan penurias, los hospitales están en crisis, y el exilio ha separado a familias.
Además, saben que esta es una dictadura muy dura que muta y siempre es inmune a los procedimientos democráticos. Una dictadura desnaturalizada, en simbiosis con intereses foráneos que buscan los recursos del país, creando un territorio libre de leyes y escrúpulos.
Por último, son conscientes de que el poder político se ha mezclado con el negocio más lucrativo: el narcotráfico. Las FARC lo negaron por décadas y se comprobó. El régimen venezolano también lo niega, a pesar de que en 2013 se registró un caso de 31 maletas llenas de cocaína que salieron del aeropuerto de Maiquetía rumbo a París.
Fuente original: ver aquí