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China busca estabilizar su industria solar tras caída de precios

China es el líder indiscutible de la energía solar mundial, produciendo casi el 90% de las células solares del planeta y dejando fuera de juego a competidores europeos y estadounidenses. Sin embargo, este dominio ha llevado a un problema significativo: precios muy bajos, pérdidas millonarias y un exceso de paneles que el mercado no necesita. Ante esta situación, Pekín está preparando un plan para “resetear” su industria solar.

Colapso de precios y despidos masivos

Desde 2020, Pekín ha redirigido recursos hacia lo que denominó “las tres nuevas industrias de crecimiento”: paneles solares, coches eléctricos y baterías. Esto resultó en una producción sin precedentes, alcanzando 588 GW de células solares en 2024, más del doble de la demanda mundial de 451 GW. La consecuencia inmediata fue un colapso en los precios, con empresas vendiendo por debajo de costo y generando pérdidas de más de 60.000 millones de dólares. El polisilicio de grado solar, materia prima clave, se desplomó a aproximadamente 50 yuanes por kilo, y las cinco principales compañías fotovoltaicas redujeron sus plantillas en un 31%, lo que equivale a 87.000 despidos.

Exceso de capacidad y competencia feroz

El exceso de capacidad y la competencia intensa han llevado a una situación insostenible. El analista Bo Zhengyuan ha señalado que el mismo “espíritu animal” que impulsó el éxito de la industria ahora la está destruyendo. La intervención estatal ha sido crucial, ya que el gobierno incentivó la creación de fábricas y parques solares, mientras que los gobiernos provinciales resistieron el cierre de plantas deficitarias.

Intentos de autorregulación y plan de intervención

En 2024, grandes empresas como Longi, Tongwei y JA Solar firmaron un pacto de “autodisciplina” para limitar la producción, pero este acuerdo no era vinculante y muchos aumentaron su producción en busca de cuota de mercado. Con el sector en crisis, Pekín ha decidido actuar. Según Bloomberg, los grandes productores planean un fondo de al menos 50.000 millones de yuanes (7.000 millones de dólares) para adquirir y cerrar más de un millón de toneladas de capacidad de polisilicio, con el objetivo de estabilizar los precios.

Desafíos geopolíticos y tecnológicos

El “reset” de la industria solar en China también tiene implicaciones políticas y geoestratégicas. La avalancha de exportaciones baratas ha tensado las relaciones con Estados Unidos y Europa, mientras que Pekín continúa promoviendo ventas a países en desarrollo. A pesar de las pérdidas, las seis principales compañías han invertido 3.400 millones de yuanes en investigación y desarrollo en el primer semestre de 2025, mejorando la eficiencia de conversión de las células solares del 20% al 30% en cinco años.

Una decisión difícil para el futuro

China enfrenta un dilema: permitir que la competencia continúe afectando a sus empresas o implementar un ajuste doloroso que implique el cierre de fábricas y un aumento en los precios. La economista Alicia García-Herrero ha advertido que en este sector, China tiene un dominio sin igual, lo que hace que el gobierno esté dispuesto a tomar medidas, aunque sean difíciles, para evitar que su historia de éxito se convierta en una víctima de su propio exceso.

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