Home / Actualidad / Un cambio drástico en el escenario político argentino

Un cambio drástico en el escenario político argentino

Pedirle consejos operativos y financieros al menemismo mientras se pretendía encarnar la purificación de la política pudo no haber sido una buena idea. Sin embargo, Carlos Menem tenía abierta una sala de enfermería para los heridos que dejaba, ya que no quería que sus opositores recogieran a sus víctimas y las convirtieran en cruzados contra su causa. Además, no era tan amateur como para aceptar que sus enemigos le llenaran las listas con allegados y excolaboradores de doble o triple fidelidad. El oficialismo actual parece estar cargado de infiltrados y traidores inminentes.

La estrategia de “tabula rasa”, manejada de manera desorganizada, actúa como un imán para ignorantes, oportunistas y granujas, generando una “piratería política” con lo peor de cada casa. El outsider, con una emocionalidad inusual, se fanatiza con ideas y personas recién conocidas, y al mínimo contratiempo, él y su círculo pueden expulsar a quienes no se alinean con ellos. Esto crea un ambiente donde los testigos de trastiendas y trapicheos acumulan información que puede convertirse en bombas de tiempo.

El Presidente parece aburrido de la política y no tiene un árbitro que administre las internas dañinas. Su empeño por desestabilizar aliados ha convertido a quienes le tienden la mano en enemigos, con consecuencias legislativas y electorales. La Libertad Avanza ha generado un gran número de enemigos, tanto externos como internos, debido a que sus líderes han sido malos pagadores con su propia guardia pretoriana en redes sociales, donde se acumula el descontento.

La insensibilidad social ha tomado protagonismo, perjudicando a sectores vulnerables, y se ha evidenciado que la crueldad no es la respuesta a la eficiencia pragmática y el cuidado humano. La percepción de culpabilidad se ha extendido entre los mileístas, que ahora son vistos como culpables mientras acusan a otros de corrupción. La senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti describió a su bloque como “Unión por la plata”, y Javier Milei ha respondido que están molestos porque les están robando.

La nueva indignación se da en un contexto de estancamiento, y se revela que los “econochantas” no chantajeaban tanto como se pensaba. Algunos miembros del “mejor equipo económico de la historia” sugieren que Milei ha impuesto medidas erróneas, generando preocupación entre técnicos y empresarios, que antes veían en él un candidato firme al premio Nobel.

El avión de los libertarios, compuesto por principiantes, tenía un mal pronóstico antes del despegue. Aunque ha volado mejor de lo esperado, ahora enfrenta turbulencias y necesita una reconfiguración urgente. Todos estos factores han modificado drásticamente el escenario político en un momento crítico. Antes de que llegue el segundo tiempo de esta gestión, se necesita un verdadero líder que coordine la política y establezca un control efectivo sobre las finanzas, así como una reducción de la soberbia y la agresividad pública. La retórica violenta de los libertarios ha incitado a la ira, lo que podría dificultar la gobernabilidad.

Para mantener la autoridad moral y económica, deberán desarmar cuidadosamente el artefacto explosivo que han creado y realizar una autocrítica sin narcisismos, independientemente del resultado de las elecciones de medio término. Cambiar para no sucumbir. ¿Serán capaces?

Fuente original: ver aquí