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Tres preguntas para identificar “red flags” en la pareja

Las banderas rojas son señales de advertencia sobre conductas que pueden ser problemáticas en una relación. Es importante saber cómo identificarlas.

Las banderas rojas en las relaciones

La expresión red flag —traducida como bandera roja— es un término popular en la sociedad norteamericana que se refiere a señales de advertencia que indican que algo podría no ir bien en una situación. Su significado literal apunta al peligro, pero en el lenguaje cotidiano se utiliza para señalar actitudes o conductas que conviene evitar, especialmente en un vínculo amoroso.

En las relaciones, estas señales suelen relacionarse con comportamientos que una persona no está dispuesta a tolerar de su pareja. Paola Juárez, escritora de la revista Glamour, señala que las red flags son una alerta que indica que algo no va bien en una relación.

Tres preguntas para detectar señales de alerta

Expertos en salud mental, como Mark Travens, colaborador de Psychology Today, sugieren que un primer paso para identificar nuestras red flags es plantearse ciertas preguntas sobre la manera en que nos vinculamos.

Estas interrogantes ayudan a reconocer conflictos internos y a evaluar si nuestras conductas favorecen o dificultan un vínculo sano:

1. ¿Cómo gestiono el conflicto en una relación?

El conflicto es un terreno fértil para que salgan a la luz inseguridades o emociones no resueltas. Travens explica que los desacuerdos pueden amenazar la sensación de seguridad y aceptación, lo que puede generar reacciones que constituyan señales de alerta.

2. ¿Cómo me disculpo con mi pareja?

La forma en que una persona ofrece disculpas revela mucho sobre su madurez emocional. Una disculpa genuina debe enfocarse en reparar el daño, no en aliviar la incomodidad personal. Las disculpas utilizadas de manera instrumental son una red flag.

3. ¿Cómo reacciono cuando alguien establece un límite?

En las relaciones de pareja, los límites son acuerdos que protegen el respeto y la individualidad. La dificultad para aceptar los límites ajenos puede llevar a comportamientos dañinos para la confianza y la seguridad emocional.

Los límites fortalecen la relación al permitir que cada persona conserve su espacio y autonomía, garantizando la estabilidad a largo plazo.

Detectar nuestras propias red flags requiere honestidad y apertura al cambio. Reconocer qué conductas propias debemos modificar es esencial para evitar repetir patrones dañinos.

Por María Camila Salas Valencia

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