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Suplicaba en televisión por su familia desaparecida y la Policía actuó

El lunes 13 de agosto de 2018 parecía ser una mañana más en Frederick, un pueblo de Colorado, en los Estados Unidos. Lo que ningún miembro de la comunidad podía imaginar en ese entonces era que se volverían noticia por la desaparición de una mujer embarazada y sus dos hijas de 3 y 4 años. Un padre de familia quebrado ante las cámaras de televisión pedía por su aparición, mientras un barrio conmocionado comenzaba a sospechar de su implicación en el caso.

Shanann Rzucek, de 34 años, era una madre dedicada que, a la vista de sus vecinos, tenía una familia perfecta. Con dos pequeñas hijas y un varón en camino, junto a su esposo Chris Watts, de 33, llevaban una vida aparentemente normal. Sin embargo, lo que ocurría puertas adentro distaba mucho de esa imagen.

La madrugada de ese 13, Shanann volvió a su casa tras un viaje de trabajo en Phoenix, Arizona. Una amiga la dejó en la entrada y quedaron en volver a contactarse por la mañana, ya que Shanann tenía una cita médica para seguir su embarazo de 15 semanas. En la cámara de seguridad del porche de la propiedad quedó registrado un video que la muestra con su valija en la puerta, segundos antes de entrar, sin saber que no volvería a salir de allí.

Horas más tarde, su amiga la llamó, pero nadie contestó el teléfono. Preocupada, se comunicó con Chris y con la Policía. Cuando los agentes llegaron a la casa familiar, observaron que estaba todo ordenado y en calma. La mujer que llamó los esperaba allí, angustiada, y les dijo que era extraño no poder contactar a Shanann.

Sin una orden o sin nadie en peligro aparente, los oficiales no podían entrar a la casa, por lo que debieron esperar hasta que Chris llegó. Desorientado, les permitió ingresar. Se lo notaba preocupado y nervioso al contestar cuándo fue la última vez que había visto a su esposa. En la mesa de luz de la habitación del matrimonio hallaron la alianza de Shanann y, en la cocina, su celular apagado. Al encenderlo, comenzaron a llegar notificaciones con llamadas perdidas de su amiga y mensajes de su marido.

Mientras recorría la planta alta de la casa, Chris notó que en las camas de sus hijas no estaban las mantas. Aunque revisaron todo, no encontraron ninguna pista que les permitiera dar con ellas. El vecino de la casa de al lado se acercó a la Policía y les ofreció mostrarles el video de su cámara de seguridad, que corroboró parte del relato de Chris, pero no notaron movimientos de otras personas, es decir, madre e hijas no salieron de allí.

El martes 14 de agosto, veinticuatro horas después de aquel preocupante llamado, fueron declaradas oficialmente desaparecidas. En medio de la incertidumbre, Chris clamaba por su aparición. La entrada de su casa se llenó de cámaras de televisión, dado que el caso acaparó toda la atención. Durante una entrevista, se mostró devastado y suplicó: “Espero que Shanann esté en algún lugar seguro ahora y con las niñas. Si alguien las tiene y no están seguras, las quiero de vuelta”.

Con la ayuda del FBI y de la Oficina de Investigaciones de Colorado, la Policía local comenzó una exhaustiva búsqueda. Sin embargo, el testimonio de Chris cambió cuando se descubrió que tenía una relación paralela con otra mujer. Esto lo puso en la mira de los investigadores. Horas más tarde, no pasó la prueba del polígrafo y, al sentirse cercado, confesó que había estrangulado a Shanann.

El 16 de agosto, Watts confesó que había matado a su esposa, pero no asumió la responsabilidad de lo que les ocurrió a las pequeñas. La Policía continuó indagando y descubrió que había ocultado el paradero de su familia. Finalmente, fue acusado formalmente de cinco cargos de asesinato en primer grado.

El 6 de noviembre de 2018, Chris Watts se declaró culpable de todos los cargos y aceptó un acuerdo con la fiscalía para evitar la pena de muerte. Fue condenado a cinco cadenas perpetuas, sin posibilidad de libertad condicional.

La historia de la familia Watts fue presentada en un documental de Netflix titulado American Murder–The Family Next Door, que reconstruye el brutal crimen que conmovió a una comunidad y a un país entero. La producción expone el lado más perverso de un hombre que dejó de ser el “héroe” de su familia y se convirtió en el villano de la historia.

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