El secretario de Salud de EE. UU. y activista anti-vacunas Robert F. Kennedy Jr. compareció ante el Comité de Finanzas del Senado el jueves, en medio de la crisis en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el caos generalizado sobre el acceso a las vacunas contra el COVID-19.
Durante la intensa audiencia de tres horas, Kennedy defendió su reciente despido de la directora del CDC, menos de un mes después de su confirmación, a la que había apoyado. En su intervención, la llamó mentirosa y afirmó que ella le confesó que no se le podía confiar. Kennedy reiteró su acusación de que el CDC es corrupto, a pesar de que el personal de la agencia había pedido que moderara su retórica tras un ataque armado en el campus del CDC que dejó un policía muerto el mes pasado.
En cuanto a las vacunas, Kennedy repitió sus argumentos habituales contra la vacunación. Afirmó que todos los expertos médicos que apoyan las vacunas lo hacen porque han sido comprados por la industria farmacéutica. Negó que sus acciones como secretario hayan restringido el acceso a las vacunas contra el COVID-19, a pesar de que actualmente se niega el acceso a pacientes con cáncer en varios estados debido a sus restricciones.
Sus acciones y respuestas durante la audiencia fueron criticadas tanto por republicanos como por demócratas, y varios legisladores han pedido su renuncia. Sin embargo, Kennedy parece decidido a continuar con su agenda anti-vacunas. Recientemente, se informó que está trabajando para nombrar a siete nuevos miembros en el comité asesor de vacunas del CDC, muchos de los cuales también se oponen a las vacunas, sumándose a otros siete miembros ya seleccionados por él tras despedir a 17 expertos altamente respetados en junio.
Algunos momentos clave de la audiencia incluyeron la confrontación sobre la falta de confianza en Kennedy y su gestión del CDC. La exdirectora del CDC, Susan Monarez, en un artículo de opinión, confirmó que fue despedida por no aceptar cambios en las recomendaciones de vacunas basadas en sugerencias de los asesores elegidos por Kennedy. Durante la audiencia, los senadores cuestionaron a Kennedy sobre su afirmación de que Monarez había admitido no ser una persona de confianza, lo que él negó.
La discusión también giró en torno al acceso a las vacunas contra el COVID-19. El senador Bill Cassidy mencionó que su esposa, con cáncer en etapa 4, fue rechazada para recibir la vacuna debido a la confusión en el Departamento de Salud y Servicios Humanos. Cassidy resumió la situación diciendo que “efectivamente estamos negando a la gente la vacuna”. Kennedy respondió que estaba equivocado.
A lo largo de la audiencia, Kennedy continuó afirmando que no había limitado el acceso a las vacunas, mientras que varios senadores lo desafiaron sobre su gestión y decisiones. La senadora Elizabeth Warren presionó a Kennedy sobre su afirmación de que no había retirado las vacunas a quienes las necesitaban, lo que él negó. La senadora Maggie Hassan criticó a Kennedy por cambiar unilateralmente las recomendaciones de las vacunas sin evidencia científica que lo respaldara.
La audiencia concluyó con críticas generales a las acciones de Kennedy y su postura anti-vacunas, con varios senadores expresando su preocupación por la dirección que está tomando el CDC bajo su liderazgo.
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