El expresident Carles Puigdemont ha explicado un año después de su fugaz regreso a Barcelona los motivos que le llevaron a huir de nuevo y no tratar de entrar en el Parlament. “Me querían encerrado e inhabilitado, mi deber era hacer justo lo contrario”, ha defendido en un mensaje en las redes sociales, en el que da por hecho que si se hubiera dejado detener “aún estaría en la cárcel” y a punto de ser “juzgado y condenado”.
Puigdemont regresó de incógnito, con una orden de detención activa -pese a estar en vigor la ley de amnistía-, e irrumpió en un acto organizado para su bienvenida junto al Arc de Triomf de Barcelona, pero tras un breve discurso volvió a huir, sin que los Mossos d’Esquadra lograran detenerlo.
El líder de Junts explica que su intención al regresar a Catalunya era acudir al Parlament e intervenir en la investidura de Salvador Illa, como había prometido en campaña, para “poner en evidencia una grave anomalía democrática” y situar “un gran foco en ello, dada la pasividad del presidente del Gobierno a la hora de denunciar lo que es, literalmente, una actitud golpista del Supremo” por no aplicarle la ley de amnistía.
“Era consciente del enorme riesgo y de la alta probabilidad de que acabara detenido y enviado a Madrid para ser encarcelado de forma incondicional. Hoy todavía estaría en prisión, y probablemente a punto de ser juzgado y condenado, porque en España hay cosas y personas que están por encima de la ley y de su propia Constitución. Ya me entendéis: que quien pueda hacer algo, lo haga”, remata, recordando la petición del expresidente del Gobierno José María Aznar.
Puigdemont ha recordado que pronto se cumplirán ocho años desde que está “en el exilio, mal que les pese a algunos” y ha cargado contra la “normalidad” que reivindica el Govern de Illa. “Si la propaganda y los propagandistas no pierden ocasión para predicar el evangelio de la mentira más bonita de la ‘normalidad’, nuestro deber es desenmascararlos siempre que tengamos ocasión. Mantener la posición no siempre es cómodo ni agradable. Pero es una actitud fundamental que no deberíamos abandonar nunca, por más enfadados, decepcionados o desanimados que estemos”, anota.
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