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Presupuesto nacional 2026 y su impacto en la pulseada fiscal

El presupuesto nacional es un documento clave que establece una autorización de gastos y un pronóstico de ingresos. Según Cayetano Antonio Licciardo, quien lo explicó en la UCA en 1964, el resultado fiscal es un concepto complejo. En los años 2024 y 2025, Argentina funcionó sin un presupuesto oficial, utilizando el de 2023, lo que otorgó al Poder Ejecutivo Nacional un poder discrecional significativo debido a la alta inflación de esos años. La pregunta que surge es: ¿en qué medida la aprobación de un presupuesto nacional para 2026 podrá encauzar las tensiones que se han desarrollado entre los poderes Ejecutivo y Legislativo durante 2025?

Para profundizar en el tema, se realizó una conversación con Earl Thompson, economista estadounidense reconocido por su enfoque en la política económica. Thompson, quien estudió en la Escuela de Economía de Londres y en Harvard, ha sido parte de la Universidad de Stanford y UCLA. Su perspectiva se centra en quiénes ganan y quiénes se perjudican con las decisiones de política económica. Según él, gravar el capital puede ser beneficioso si se considera que la defensa nacional, una función primordial del Estado, beneficia principalmente a los capitales, lo que justificaría un impuesto a estos para financiar gastos en defensa.

Thompson señala que es fundamental ser realista al analizar el presupuesto nacional, que se plantea en pesos corrientes. Esto plantea una interrogante sobre cómo el Congreso Nacional puede aprobar leyes que destinen un porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) a sectores como educación y jubilaciones. La dificultad radica en que el cálculo del PBI está sujeto a metodologías complejas y se conoce con retraso, lo que complica la relación entre erogaciones y el PBI.

Presupuesto nacional 2026 y su impacto en la pulseada fiscal
*Imagen referencial generada por IA.

El presupuesto base cero y su aplicación

Una idea atractiva es la del “presupuesto base cero”, que propone que cada año se analicen tanto los ingresos como los gastos públicos desde un enfoque fundamentado. Sin embargo, esta práctica no se aplica en la realidad. En cambio, los funcionarios estiman lo que ocurrirá el año siguiente basándose en datos actuales y pronósticos sobre el PBI, inflación, tipo de cambio y tasas de interés. Para 2026, este desafío podría ser menor que en 2023, pero sigue siendo relevante.

Al analizar el presupuesto nacional, es crucial examinar primero el lado de los ingresos. La coparticipación federal, que distribuye ciertos ingresos entre la Nación y las provincias, se basa en la recaudación verificada. Esto significa que no hay una pulseada directa entre el Poder Ejecutivo, los gobernadores y los legisladores en este aspecto. Sin embargo, el equilibrio fiscal puede ser compatible con diferentes hipótesis de aumento del gasto público en 2026, dependiendo de las expectativas sobre la recaudación.

Negociaciones sobre gastos e ingresos

En cuanto a los gastos, se deben considerar rubros como la seguridad social y los salarios públicos, que son significativos en el ámbito provincial y municipal. La aprobación del presupuesto nacional para 2026 podría reducir el poder discrecional del Poder Ejecutivo sobre otras partidas, lo que generará un entorno de negociaciones intensas. Los legisladores probablemente se centrarán en cifras globales y en erogaciones que impacten a sus votantes, lo que podría llevar a discusiones acaloradas sobre impuestos y sus respectivas alícuotas.

En resumen, aunque es posible que la discusión y aprobación del presupuesto nacional ayude a encauzar las tensiones fiscales, es importante no hacerse ilusiones. La política en cualquier país del mundo no funciona de manera lineal. La lógica política, al igual que la lógica deportiva o científica, tiene sus propias reglas y dinámicas.

La historia reciente de Argentina muestra que, en ocasiones, se ha buscado que las Fuerzas Armadas solucionen problemas que los políticos no han podido abordar. La gestión de Raúl Ricardo Alfonsín es un ejemplo de cómo se inició un régimen democrático que, a pesar de sus dificultades, sigue vigente. Hoy, es un valor aceptado que los grandes desafíos deben resolverse dentro del marco de la democracia, lo que representa un avance significativo en la política argentina.

La discusión sobre el presupuesto nacional para 2026 es, por tanto, un tema de crucial importancia que no solo afecta la economía del país, sino también el equilibrio de poder entre los diferentes actores políticos. La forma en que se aborden estas negociaciones podría tener un impacto duradero en la estabilidad fiscal y política de Argentina.

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