MAR DEL PLATA.- Patricia Kadgien y su esposo, Juan Carlos Cortegoso, entregaron a la Justicia Federal el cuadro Retrato de Dama, obra que tenían en su poder y por la que cumplían arresto domiciliario desde el lunes, acusados de encubrimiento de contrabando vinculado a esta pintura que tiene una antigüedad de más de 300 años. La obra de arte está denunciada como robada por fuerzas nazis a un coleccionista holandés durante la Segunda Guerra Mundial. En una serie de allanamientos, la Justicia no había conseguido secuestrarla durante la última semana.
Fuentes judiciales confirmaron a LA NACION la novedad y anticiparon una conferencia de prensa esta tarde para dar detalles sobre los avances del caso, justo un día antes de la audiencia ante el juez de Garantías N°2, Santiago Inchausti, donde el fiscal Carlos Martínez le plantearía al matrimonio los delitos imputados y fundamentos de esa acusación. Inchausti deberá definir si les levanta esa restricción de libertad o dispone ampliar a una prisión preventiva.
En las últimas horas, a través de una presentación de su abogado, la pareja había reconocido tener bajo su poder el cuadro en cuestión. Se ratificó en ese documento como su propietaria legal y puso la obra de arte a disposición del fuero civil de la justicia ordinaria para que quede en consignación en el marco de esta disputa legal. Pero la jueza Patricia Juárez, titular del Juzgado en lo Civil y Comercial en el que recayó el escrito, se declaró incompetente. El caso, entonces, mantiene su tratamiento en el fuero penal de la justicia federal.
¿Quién es la imputada?
Patricia Kadgien es una de las hijas del segundo matrimonio de Friedrich Kadgien, un especialista en finanzas que se desempeñó como colaborador en altas esferas del gobierno alemán conducido por Adolf Hitler. En ese contexto, se lo vinculó con el robo de obras de arte. La Agencia de Patrimonio Cultural de Países Bajos tiene un amplio listado de esas piezas faltantes entre las que se encuentra Retrato de Dama, del italiano Giusseppe Ghislandi, sustraída al comerciante de arte holandés Jacques Goudstikker. Sus herederos reclaman la devolución de esa pieza.
Las denuncias contra Patricia Kadgien y su marido llegaron de parte de Interpol y la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) a partir de una publicación periodística del medio AD, de Países Bajos, donde dejaron constancia que el living de la casa de la pareja lucía aquel cuadro. La prueba era una fotografía que ellos mismos habían ofrecido para publicar en la web de una inmobiliaria local como parte del intento de venta de su chalet de barrio Parque Luro, donde cumplen arresto por estos días.
El primer allanamiento de ese inmueble fue negativo, pero días después, a través de su letrado defensor, el matrimonio reconoció tener Retrato de dama en su poder e incluso su decisión de ponerlo a disposición de la justicia, siempre negando cualquier delito penal que se les impute y ratificándose tenedores y dueños legales de esa obra.
La jueza Juárez respondió esta mañana a la presentación de Kadgien. Dijo que “la jurisdicción ordinaria no resulta competente para intervenir en un caso donde en definitiva la Justicia Federal se encuentra persiguiendo el secuestro de una obra de arte con un presunto origen ilícito que podría constituirse como un crimen internacional”. Cita allí normativa supranacional, entre ellas principios de Washington de 1998 y la Declaración de Terezin de 2009.
Este recurso por la vía de la justicia provincial buscaba desentenderse de la causa federal que mantiene a la pareja bajo arresto domiciliario y que implicaría la responsabilidad de comisión de un delito originado en otro imprescriptible, como es un hecho cometido en el contexto de genocidio, a principios de la década del 40.
El investigador también tendrá en cuenta que obstruyeron la labor de la justicia ya que, según entiende, retiraron el cuadro del lugar donde estaba colgado, en el living del chalet donde vive la pareja, y lo mantenían oculto. Esa actitud es parte de la explicación del arresto domiciliario por 72 horas que la pareja está cumpliendo.
El Ministerio Público había hecho otros intentos por dar con esta obra de arte. Al allanamiento de la semana pasada se sumaron otros cuatro cumplidos este lunes, ya en horas de la noche. Alcanzaron otra vez al domicilio de los acusados, oportunidad en que además se les comunicó y efectivizó la medida de arresto domiciliario.
Todas estas propiedades corresponden a familiares de Kadgien, en distintos vínculos directos o políticos. En la casa de los acusados se secuestraron grabados y bocetos de época, cuyo origen ahora se investiga. El otro foco de interés en estas medidas judiciales estuvo en la casa de La Florida. Allí los oficiales a cargo del operativo encontraron y se llevaron, para incorporar a la causa, dos retratos que datan de mediados del siglo XIX. No estaban expuestos sino envueltos, como preparados para un traslado o guardado. Se está intentando determinar si pueden ser parte del mismo u otro listado de obras buscadas por su origen ilegal.
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