Carola (54) y Mario (55) solían hacer base cerca del Camino del Cuadrado, que conecta la turística Salsipuedes con la localidad de Valle Hermoso, en el Valle de Punilla, en las Sierras Chicas cordobesas.
Durante sus recorridos por la zona, una obra en construcción llamada Casa en las Nubes llamó su atención por parecerse a la que soñaban para ellos mismos. Pronto encontraron a su artífice, la arquitecta Malvina Zayat, quien accedió a diseñar lo que se convertiría en su hogar definitivo.
La pareja tenía claro lo que deseaba. “Cuando me contactaron, fueron enfáticos: ´Esta va a ser nuestra casa para la vejez; nuestra última casa´”, relata Malvina.
Después de explorar las 12 hectáreas ricas en especies de todos los tipos y colores, eligieron un sector entre los árboles, permitiendo proteger la casa y fusionarla con el bosque.
La vivienda no cuenta con provisión propia de agua corriente, por lo que se instalaron canaletas para recolectar agua de lluvia, llevándola a un desagüe vertical. Este sistema no solo provee agua, sino que también permite disfrutar del sonido del agua en movimiento en el interior.
Para minimizar el impacto en la topografía, se adaptó la forma de la vivienda a la vegetación, resultando en un diseño modular de dos cuerpos rotados, uno social y otro privado, conectados por un hall que es una verdadera maravilla.
“Quisimos que entrar a la casa fuera una experiencia de transición que active los sentidos; que prepare para el descanso y el disfrute sobre estas plataformas que flotan en el bosque”, afirma Malvina Zayat.
El volumen del área social incluye estar, cocina, comedor y un espacio de guardado para motos y bicicletas. Su orientación hacia el norte facilita la instalación de un termotanque solar en el techo y se prevé la incorporación de paneles solares en el futuro.
El piso de la casa es de hormigón pulido, lo que permite absorber el calor del sol en invierno y facilita un bajo mantenimiento. “Este material nos permitió incorporar piso radiante”, explica Malvina.
Mario, quien se encargó de la ejecución de la obra, destaca que “todo lo hizo él, desde los muebles hasta el techo”, lo que refleja su destreza como herrero. “Desde el principio, supimos que esta casa se haría por autoconstrucción”, recuerda Malvina.
La pareja ha encontrado en la Casa del Bosque un lugar donde disfrutan de la naturaleza, realizando actividades como caminatas, ciclismo y kayak en el Dique La Quebrada, que se encuentra cerca. “Estamos muy contentos de haber tomado las decisiones que nos llevaron a vivir en este lugar”, concluyen Carola y Mario.
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