Peste. Pandemia. Plaga. Tres modos de llamar catástrofes similares cuya posibilidad la globalización potencia y cuyas eventuales víctimas no siempre son los seres humanos. En una imagen, se observa una palmera moribunda en la avenida Bulevar Artigas de Montevideo. Junto a ella, su sombra y la sombra de un ejemplar similar, probablemente también afectado. Ambas sufren los efectos de una plaga: un pequeño insecto, el picudo rojo, originario de zonas tropicales de Asia y regiones húmedas del Indo-Pacífico, se ha expandido globalmente a través del transporte de materias primas, principalmente madera y productos vegetales. En el caso de las palmeras uruguayas, se ha convertido en un verdadero asesino serial. El cambio climático, con inviernos menos severos, no ha ayudado: el picudo rojo puede completar hasta tres generaciones en un año, coloniza nuevos territorios y activa las alarmas en Argentina y Brasil.
Palmeras en peligro por plaga del picudo rojo
