A Javier Milei le quedó claro que se encontraba en un territorio complicado. El cierre de campaña por las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, bastión electoral del peronismo, se llevó a cabo ante un público desinteresado que no logró llenar ni la mitad de la cancha del club Villa Ángela, en Moreno, a 20 kilómetros de la Casa Rosada. Milei mantuvo su estilo habitual, pero apenas logró motivar a sus seguidores, subiendo al escenario con el grito de “soy el león”, mientras instaba a sus simpatizantes a “votar” este domingo para acabar con el kirchnerismo que gobierna la provincia.
El presidente también defendió a su hermana Karina, quien ha estado en el centro de denuncias de corrupción desde dentro del propio Gobierno, a raíz de la filtración de un audio de un ex alto funcionario que se quejaba de sobornos en la compra de medicamentos para discapacitados. “Es víctima de operetas e injurias”, afirmó, “imagínense cómo deben estar las cosas en la provincia de Buenos Aires, que se metieron con mi hermana. El domingo les vamos a pintar la provincia de violeta”, en referencia al color de La Libertad Avanza, su partido.
Las elecciones legislativas provinciales suelen considerarse un evento político menor, pero Milei las ha elevado a una importancia crucial. Considera que en este contexto se juega parte del futuro de su Gobierno y su lucha contra la “casta”. El kirchnerismo, dijo, “quiere hacernos creer que aquí no se juega nada”. “Si no vas a votar, ellos ganan, porque por cada uno de nosotros que se queda en casa, van cinco de ellos. Este domingo, andá y votá”, clamó, elevando el tono. Esta estrategia es arriesgada, ya que Milei asegura que las encuestas muestran un empate, pero una derrota ante el peronismo podría dejar al Gobierno en una posición desfavorable para las elecciones nacionales de octubre.

La elección se vive como una gesta épica. Milei se presenta no solo como un león que busca “despertar corderos”, sino también como un emulador de José de San Martín, el Libertador, que requiere del sacrificio de sus seguidores para alcanzar la victoria. Este mensaje se evidenció al inicio del mitin, cuando el candidato Maximiliano Bondareko, expolicía, entró cantando la Marcha de San Lorenzo, recordando el sacrificio de Juan Cabral en una batalla. “Ustedes son Cabral, arriba el sargento Cabral”, gritaba emocionado Bondarenko.
El mitin careció del colorido de otros eventos de Milei. Daniel Benuzzi, un chófer de 42 años, viajó desde La Plata hasta Moreno, unos 80 kilómetros, para apoyar a Milei, pero mencionó que muchos de sus compañeros se quedaron en casa por miedo, especialmente por la noche en una zona hostil para los libertarios. De las 10.000 personas que esperaban, solo entraron unas 3.000 al club Villa Ángela, y gran parte se retiró antes de que Milei concluyera su discurso.
Benuzzi aseguró que Milei se ganó su voto por controlar la inflación. La misma razón esgrimió Antonella Olivera, de 37 años, quien se acercó con tres de sus cuatro hijos para agradecer a Milei por haber frenado el aumento de precios. “Siempre laburamos los dos, pero esta es la primera vez que podemos ahorrar, nos queremos comprar un terreno”, expresó. Su vecina, Flora Gutiérrez, jubilada, admitió que su situación económica ha empeorado, pero apoya al presidente por su política de mano dura contra la delincuencia. “Me ocuparon un departamento que alquilaba, lo convirtieron en un búnker donde venden drogas y la municipalidad no me da respuestas. Quiero que los desalojen”.

“Zona liberada”
El cierre de campaña estuvo precedido por un intenso debate sobre la seguridad presidencial. El gobernador de la provincia, el peronista Áxel Kicillof, advirtió que no podía garantizar la seguridad del evento, recordando el ataque a pedradas que sufrió la caravana de Milei la semana pasada durante una recorrida por el conurbano, una zona predominantemente peronista. En esta ocasión, el evento se llevó a cabo en una cancha de fútbol pequeña, rodeada por un alambrado y sin tribunas, en un barrio muy humilde. La policía provincial advirtió sobre los riesgos de evacuación por la mala iluminación y el único acceso. “Hago responsable a Milei de cualquier hecho de violencia. No se acerquen a ese acto”, instó el gobernador a sus seguidores.
Desde el Gobierno, acusaron a Kicillof, apodado “enano soviético”, de “promover un atentado” contra Milei, tildándolo de “inútil” y acusándolo de intentar obstaculizar el acto presidencial al declarar “zona liberada” los alrededores del club. Finalmente, solo se registró un breve intercambio de piedras entre un grupo que se acercó a insultar a Milei y las fuerzas de seguridad. Un periodista que entrevistaba a unos encapuchados fue golpeado con una botella en la cabeza, lo que atrajo la atención de las cámaras de televisión.
La idea de un intento de magnicidio se ha convertido en una nueva arma de campaña para Milei. En una entrevista reciente, afirmó que el kirchnerismo busca destruir su plan económico y que hace “manifestaciones violentas” e intenta asesinarlo. “Cuando saben que uno está limpio, proceden a la intimidación física. Me tiraron un adoquín en Lomas de Zamora. No les importa si se tienen que cargar vidas humanas”, declaró en el mitin del miércoles.

Milei ha radicalizado su discurso a medida que los problemas se acumulan. No solo enfrenta las denuncias contra su hermana, quien tiene un papel clave en el Gobierno, sino que su equipo económico enfrenta dificultades para mantener el valor del peso frente al dólar. El martes, vendió reservas para sostenerlo, a pesar de haber prometido lo contrario. Las encuestas, en tanto, ponen en duda que este domingo el presidente pueda “clavar el último clavo en el ataúd kirchnerista”, como pretende.
El apoyo que antes impulsaba a Milei parece haber disminuido. Esto ha llevado a cambios en su agenda de viajes, como el que tiene programado para esta semana a Estados Unidos, el número once en un año y medio de gestión. Su vuelo lo llevará directamente a Los Ángeles, donde se reunirá con empresarios, evitando la escala prevista en Las Vegas para asistir al espectáculo de su exnovia, la humorista Fátima López.
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