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El gobierno de Javier Milei enfrenta una nueva realidad política tras los resultados electorales en la provincia de Buenos Aires. Si bien los resultados de las elecciones provinciales no modifican directamente el panorama nacional, sí impactan significativamente en la percepción del espacio político y sus posibilidades de cara a las elecciones nacionales del 26 de octubre.
El cambio de escenario
Desde las elecciones primarias de agosto de 2023, donde Milei obtuvo un tercio de los votos, la “casta”, según su propia definición, se encontraba a la defensiva. Sin embargo, la contundente derrota en Buenos Aires ha alterado el equilibrio de poder, generando un nuevo escenario más incierto.
Si bien algunos opositores podrían interpretar la situación como una reversión de la tendencia, con el gobierno en una posición debilitada, la realidad es que se ha establecido un nuevo equilibrio que redefine las estrategias políticas.
Responsabilidades y desafíos
El oficialismo enfrenta la mayor responsabilidad, ya que una derrota en las próximas elecciones agravaría sus problemas actuales. Por su parte, el partido de Milei, a pesar de no obtener una victoria abrumadora, necesita ser el más votado el 26 de octubre para mantener sus aspiraciones, enfrentando una oposición fragmentada que incluye al kirchnerismo, la alianza de gobernadores de Provincias Unidas y diversos partidos provinciales.
Tras la derrota en la provincia de Buenos Aires, Milei ya no puede asegurar su reelección; el kirchnerismo no puede proclamar un regreso triunfal a nivel nacional; y los gobernadores de Provincias Unidas deben consolidar su crecimiento para competir por la presidencia.
La caída de la narrativa libertaria
Los libertarios, según el análisis, cayeron en la trampa de creerse invencibles tras un periodo inicial de gran apoyo. La autoproclamación de “mejor gobierno de la historia” y la celebración del “mayor ajuste de la historia”, sin considerar el sufrimiento social que este generó, han contribuido a la pérdida de apoyo popular.
El silencioso apoyo social al ajuste económico implementado por Milei y Luis Caputo durante el primer año de gestión se ha disipado. Este cambio de percepción permitió al kirchnerismo conservar votos en la provincia de Buenos Aires y a los gobernadores que adelantaron las elecciones provinciales obtener victorias significativas frente a las listas libertarias.
Estrategias y alianzas
La creencia inicial, tanto de los libertarios como de sus adversarios, en una victoria abrumadora de Milei en las elecciones de medio término, influyó en la toma de decisiones políticas. Milei, por su parte, ha intentado construir una fuerza nacional a través de su hermana, Karina Milei, estableciendo alianzas con otros partidos bajo la condición de subordinación a La Libertad Avanza.
En las provincias, la mayoría de los gobernadores buscaron alianzas con Milei, pero solo algunos lograron acuerdos, aceptando la imposición de la identidad política de La Libertad Avanza en sus candidaturas a legisladores nacionales. Esta estrategia recuerda la experiencia de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires, donde una alianza resultó en una derrota.
La presión económica y el futuro
La presión cambiaria y la desconfianza en los mercados afectan la imagen de Milei. Su principal capital, la baja de la inflación, se ve comprometida por la necesidad de mantener un ajuste económico estricto, lo que dificulta la búsqueda de apoyo popular.
El gobierno tiene dos opciones para recuperar el apoyo electoral: mitigar el impacto del ajuste económico a través de un cambio en su discurso y sus formas de comunicación, y revertir la pérdida de apoyo en las provincias, como se evidenció en las elecciones provinciales.
La imagen de Milei ha caído significativamente en el último mes, situándose por debajo del 40% de aceptación en la mayoría de las encuestas. Si bien su espacio político seguirá sumando votos, el escenario es más complejo de lo anticipado. La imagen de Karina Milei también se ha visto afectada por denuncias de corrupción, situándose por debajo del 20% de aceptación.
En conclusión, el panorama político ha cambiado significativamente para Javier Milei. La derrota en Buenos Aires marca un punto de inflexión, obligándolo a replantear sus estrategias para las próximas elecciones nacionales.
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