“A todo outsider le llega su focus group”. Esta frase fue utilizada por uno de los asistentes a la reunión del Presidente con un grupo de diputados oficialistas y aliados en Olivos, el pasado martes. El encuentro, que duró tres horas, dejó a los presentes con algunas certezas y muchas incógnitas.
Una de las figuras presentes, con un tono humorístico, comentó: “Si los milagros empiezan a escasear, mejor buscar buenos predicadores”.
Los sobresaltos en los mercados y en el Congreso, junto a la amabilidad con la que el Presidente recibió a los diputados, alimentaron interpretaciones sobre la convocatoria. Según fuentes cercanas, el objetivo era proveerles de insumos narrativos para defender al oficialismo en lo político-ideológico-cultural y en lo económico-financiero.
Las preocupaciones son múltiples, destacándose las derrotas oficialistas en el Congreso, la incertidumbre electoral y la incomodidad de actores cercanos al Gobierno. La sucesión de parches monetarios y cambiarios aplicados en el último mes no ha logrado estabilizar la economía, lo que se traduce en un golpe de realidad para el Gobierno.
La reunión en Olivos, junto a nuevas medidas monetarias, parece ser una admisión del escaso éxito de las herramientas implementadas en los mercados y en la opinión pública. Según varios asistentes, el monólogo presidencial se centró más en conceptos ideológicos que en soluciones concretas para la situación económica.
El despertar del dólar y la suba astronómica de las tasas de interés son preocupaciones centrales, generando especulaciones en el ámbito económico. El desarme de las Lecap ha generado dudas y críticas, sugiriendo que la decisión fue impulsada por el propio Presidente, cuestionado por su visión monetarista.
La clase magistral del Presidente, que duró más de dos horas, ha fortalecido sospechas sobre su liderazgo. A pesar de las críticas, algunos asistentes elogiaron su afabilidad y su capacidad para conectar con el público.
Catequesis libertaria
Un asistente describió la reunión como una clase de catequesis libertaria para nuevos predicadores, destacando la actitud de los asistentes que tomaban notas mientras se citaban párrafos de libros de ideología libertaria.
Las intervenciones de Santiago Caputo, superasesor del Presidente, fueron escasas, lo que generó dudas sobre su rol en el encuentro. Las tensiones en torno a la gestión electoral de Karina Milei y los primos Menem son un factor que el Gobierno busca reparar en esta etapa crítica.
A medida que se acerca el calendario electoral, el Gobierno espera que la narrativa de sus predicadores ayude a opacar los nuevos problemas económicos y a sostener la fe de sus adherentes.
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