Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha generado descontento entre sus vecinos en Palo Alto, California, tras adquirir 11 propiedades en la zona. Desde su llegada al barrio de Crescent Park en 2011, cuando adquirió una casa de 520 metros cuadrados, ha gastado más de 110 millones de dólares en estas adquisiciones, según informó The New York Times.
Con el tiempo, Zuckerberg ha transformado cinco de estas casas en un complejo que sirve como residencia para él, su esposa Priscilla Chan y sus tres hijas. Este complejo incluye casas de invitados, jardines, una cancha de pickleball, una piscina con piso hidráulico y una estatua plateada de Chan, hecha por el propio Zuckerberg.
Además, el empresario ha añadido 650 metros cuadrados de lo que en los permisos se describe como un “sótano”, que los vecinos han apodado “búnker” o “la baticueva del multimillonario”. Una de las propiedades también fue utilizada como escuela privada para 14 niños, a pesar de que esto está prohibido por el código de la ciudad.
Nueve vecinos, de los cuales siete hablaron bajo anonimato por temor a represalias, han expresado su frustración por las constantes obras, el bloqueo de entradas de vehículos y el aumento de la vigilancia en la zona, que incluye cámaras de seguridad y guardias en vehículos. Michael Kieschnick, un residente cercano, comentó que “ningún vecindario quiere ser ocupado”, refiriéndose a la situación en su barrio.
Los vecinos también han criticado al ayuntamiento por permitir que Zuckerberg continúe con su proyecto, a pesar de que en 2016 se rechazó un plan inicial para construir un complejo. A lo largo de los años, se han aprobado 56 permisos que le han permitido avanzar en su construcción.
Un portavoz de la familia Zuckerberg declaró a la revista People que la familia valora su pertenencia a la comunidad y ha tomado medidas para minimizar las perturbaciones en el vecindario.
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