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Macron considera nombrar a un primer ministro socialista ante crisis

El primer ministro de Francia, François Bayrou, seguía el jueves en su despacho del Palacio de Matignon. Sin embargo, sus colegas hablaban delante de él como si ya se hubiera ido, ya que su caída está considerada inminente. Su mandato concluirá el lunes, en una sesión parlamentaria que él mismo convocó para someterse a una moción de confianza que nadie había solicitado, lo que se considera un suicidio político. Ahora, surge la incertidumbre sobre lo que sucederá después: elecciones o un nuevo Gobierno. La novedad es que su sucesor podría ser del Partido Socialista (PS), lo que marcaría la primera cohabitación en más de dos décadas.

Francia no ha tenido un primer ministro socialista desde Bernard Cazeneuve, quien ocupó el cargo entre diciembre de 2016 y mayo de 2017, al final de la presidencia de François Hollande. Desde entonces, con la llegada de Emmanuel Macron al Elíseo, ningún jefe de Gobierno ha provenido del PS. Sin embargo, ante el estancamiento en la política francesa, el Elíseo considera que es momento de explorar la posibilidad de un acuerdo con el PS.

Macron inicialmente pensó en proponer al actual ministro de Economía, Éric Lombard, pero su vinculación con el PS es lejana y es el autor del borrador de presupuesto que incluye recortes significativos. Por ello, se ha considerado la opción de nombrar a Olivier Faure, secretario del PS, quien ha expresado su disposición a dialogar sobre una posible entrada en el Gobierno, aunque solicitó “un Ejecutivo de izquierda” que incluya a miembros de su partido y de la coalición del Nuevo Frente Popular.

El partido de Jean-Luc Mélenchon, La Francia Insumisa, busca desgastar a Macron con la crisis y exige elecciones anticipadas y la dimisión del presidente, una postura similar a la del Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. Macron, que ha visto caer a cuatro primeros ministros en su segundo mandato, enfrenta su nivel de popularidad más bajo desde 2017, con solo un 15% de confianza entre los franceses.

Macron necesita una solución rápida que permita incluir al PS en el juego político, aunque no está claro por qué este partido querría arriesgarse en un contexto de fragmentación parlamentaria y elevada deuda pública. La moción de confianza del próximo lunes ha unido a los grupos de centro, que defienden un acuerdo con el PS para evitar una crisis política mayor.

La posibilidad de un Gobierno socialista ha cobrado fuerza tras declaraciones del presidente de los diputados de Los Republicanos, Laurent Wauquiez, quien afirmó que su partido no censurará un Gobierno socialista para evitar una inestabilidad catastrófica. Sin embargo, no todos en su partido comparten esta opinión. El presidente de LR y ministro del Interior, Bruno Retailleau, advirtió que no aceptará un cheque en blanco y que su deber sería impedir políticas contrarias a los intereses de Francia.

Mientras tanto, François Bayrou se enfrenta a un fin de semana de invisibilidad política hasta su caída definitiva.

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