Polar ha lanzado recientemente una pulsera fitness sin pantalla por 199 dólares, sin necesidad de suscripción, notificaciones o elementos de vanidad digital. Este producto refleja un cambio en la relación de los usuarios con los dispositivos wearables.
Se trata de una tendencia hacia el minimalismo tecnológico, enfocada exclusivamente en la monitorización de la salud.
Importancia de la tendencia
Este fenómeno surge de la convergencia de varias preocupaciones contemporáneas:
- La optimización del rendimiento físico.
- La cuantificación obsesiva del yo.
- El agotamiento digital.
Whoop fue pionera en atraer a atletas de élite al ofrecer datos que otros dispositivos no proporcionaban con la misma frecuencia, como la variabilidad cardíaca y la carga de entrenamiento. Su enfoque no era escapar de la tecnología, sino hacerla invisible, con una autonomía de hasta dos semanas.
La paradoja del mercado
Estas pulseras cumplen dos deseos que parecen contradictorios:
- Deseamos obtener más datos sobre nosotros mismos…
- …pero buscamos menos fricción para acceder a ellos.
El éxito de Whoop radica en automatizar la obsesión por los datos. Por ejemplo, el dispositivo detecta automáticamente cuando el usuario comienza a correr, eliminando la necesidad de iniciar un entrenamiento manualmente.
Amazfit también se suma a esta tendencia con su Helio Strap, que se ofrece a 99 euros sin suscripción. Por su parte, Polar mantiene su precio de 199 dólares, mientras que Whoop opta por un modelo de suscripción que puede llegar a 359 dólares al año. Cada uno de estos precios se dirige a diferentes segmentos de consumidores: desde los curiosos hasta los más comprometidos y obsesivos.
Atractivo de las pulseras
El verdadero atractivo de estas pulseras radica en la promesa de conocimiento sin esfuerzo. Esto se refleja en la creciente tendencia de las personas a realizarse pruebas de ADN o análisis de microbioma, buscando respuestas sobre su salud y bienestar. La diferencia es que ahora esos datos se envían directamente a los teléfonos de los usuarios cada mañana.
Los usuarios más dedicados no buscan desconectar, sino establecer una conexión más profunda consigo mismos a través de métricas que un smartwatch convencional no priorizaría.
Comparativa con otros dispositivos
Dispositivos como el Apple Watch, Huawei Watch o Samsung Galaxy Watch son dispositivos versátiles que cumplen múltiples funciones de manera aceptable. En contraste, estas pulseras están diseñadas específicamente para monitorizar el cuerpo de manera excepcional.
Se asemejan al nicho de relojes deportivos de marcas como Garmin, Suunto y Coros, pero sin pantalla ni notificaciones.
El nuevo wearable complementario
Estas pulseras no compiten directamente con dispositivos como Garmin o Apple Watch, sino que los complementan. Los atletas serios suelen utilizar ambos: un Garmin para obtener datos durante el entrenamiento y una Whoop u otro dispositivo similar para una monitorización continua. Por esta razón, Whoop y sus competidores ofrecen bandas para el bíceps, permitiendo liberar la muñeca durante el ejercicio.
Esto marca el inicio de una nueva categoría de wearables complementarios, donde no se trata de elegir entre uno u otro, sino de combinar dispositivos: el Garmin para correr y la pulsera invisible para el día a día.
Un cambio en el mercado
La introducción de Polar con un producto sin suscripción es significativa, ya que indica que el mercado está evolucionando más allá del modelo de Whoop, que requiere un pago tanto por el hardware como por la interpretación de datos.
La pregunta ahora es si los datos que ofrece Whoop, valorados en 359 dólares al año, justifican el gasto cuando se puede obtener algo similar por 199 dólares en un solo pago.
El futuro de los wearables
Estamos presenciando una fragmentación en el mercado de wearables, con dispositivos que atienden tanto a quienes desean un smartwatch completo como a aquellos que buscan una monitorización más discreta. Esto se debe a varias tendencias en curso:
- La profesionalización del fitness amateur.
- La medicalización del bienestar.
- Y un creciente cansancio por las notificaciones constantes.
El verdadero desafío será determinar si estos dispositivos logran mantener la lealtad de los usuarios una vez que la novedad se desvanezca. Al final, tener acceso a numerosos datos sobre el sueño no es útil si no se traduce en una mejora en la calidad del descanso.
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