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La etiqueta en el gym: lo que no hay que hacer a la hora de entrenar

Se acerca el verano y la cantidad de afiliados en los gimnasios aumenta. Rutinas de cardio extremas, objetivos inalcanzables y, con ello, malos modos y atrevimientos son algunos de los problemas que surgen en estos espacios. Al igual que en otros ámbitos, en los centros de entrenamiento también existen códigos implícitos que se deben seguir.

Entre las acciones que generan dilemas están: quitarse la remera, andar descalzo, ofrecer ayuda o consejos sobre cómo realizar los ejercicios, y sacarse fotos. Estas situaciones son comunes entre los nuevos asistentes que no están acostumbrados a moverse en ese entorno.

Años atrás, el Consejo Americano de Ejercicio realizó una encuesta a exsocios de gimnasios. En las respuestas, el 46 por ciento reconoció haber dejado de ir porque siempre había demasiada gente. El segundo motivo se debía a las malas costumbres de los asistentes, como no limpiar una máquina después de usarla o no dejar que otros la utilicen. A continuación, se presentan las acciones más recurrentes y cómo son recibidas por los demás.

La etiqueta en el gym: lo que no hay que hacer a la hora de entrenar
*Imagen referencial generada por IA.

1. Tomar fotos o hacer videos

Esta conducta, que antes era exclusiva de influencers, ahora es común entre principiantes, deportistas, profesores y creadores de contenido. Francisco Piperatta, conocido como “Oso trainer” y director de San Juan Tenis Club, afirma que se generan problemas cuando las personas se graban en vestuarios o haciendo rutinas, ya que quienes están cerca pueden ser filmados sin su consentimiento. Además, estas acciones pueden desconcentrar a quienes intentan seguir sus series de entrenamiento.

2. Nadie es dueño de ninguna máquina

El código implícito en los gimnasios establece que todos tienen derecho a hacer uso de las instalaciones y que es necesario aprender a compartir. Aquellos que realizan varias series seguidas en una misma estación o que descansan allí con el celular deberían tomar sus pausas en otro lugar o estar atentos a si alguien cercano está esperando. “Permitir que otros trabajen en la misma área es una muestra de respeto y camaradería”, señala Luciano Aguilera, preparador físico y fundador de Ciech Running Team.

3. Solo dar consejos si se es profesional del fitness

A menos que alguien esté en peligro, no es adecuado ofrecer consejos. Piperatta explica que las personas que utilizan máquinas para las que no están capacitadas deben ser advertidas, pero la ayuda debe provenir de un profesional. Los novatos que dan consejos suelen cometer errores, tanto al aconsejar mal como al hacerlo sin que nadie les haya solicitado ayuda.

4. ¿Está permitido entrenar sin remera?

Esta acción es considerada inaceptable en los gimnasios. Simón Crivocapich, fisicoculturista amateur, menciona que sacarse la remera para figurar o hacerse notar es mal visto. Aunque algunos argumentan que es más cómodo entrenar descalzo, esto puede conllevar riesgos de lesiones.

5. Higiene y orden

Los entrenadores son claros en este aspecto: la higiene es fundamental. Es una muestra de respeto por los demás y por el lugar. Aunque muchos gimnasios ofrecen toallas y productos de limpieza, es recomendable llevar estos elementos por cuenta propia. Además, se debe devolver a su lugar cualquier equipo utilizado, como mancuernas y colchonetas.

6. El dilema de la voz y la música alta

Gritar o hacer ruido al levantar pesas puede ser útil para algunos, pero no para quienes están alrededor. Aguilera indica que este comportamiento es mal visto, salvo en el caso de atletas que levantan mucho peso. Lo mismo aplica a quienes realizan llamadas telefónicas o envían audios en voz alta, lo que puede distraer a los demás.

7. Entrada y salida de las clases grupales

Llegar tarde a una clase es considerado una falta de respeto hacia el profesor y los compañeros. Piperatta explica que esto puede ralentizar el ritmo de la clase, ya que el instructor debe explicar ejercicios previos. También es disruptivo retirarse antes de que la clase termine.

8. ¿Es el entrenador un terapeuta?

La línea entre motivación y apoyo emocional se vuelve difusa en el gimnasio. Muchos entrenadores se convierten en confidentes de sus clientes. Aunque algunos profesionales establecen límites, la mayoría se toma esta responsabilidad de manera positiva, entendiendo que su trabajo impacta en la autoestima de las personas.

En conclusión, los gimnasios tienen un código de conducta que, si se respeta, puede contribuir a un ambiente más agradable y productivo para todos. Las acciones que se tomen en cuenta no solo afectan la experiencia personal, sino también la de los demás asistentes.

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