La investigación por los crímenes atribuidos a Matías Jurado ha dado un avance significativo. Los análisis de ADN realizados han permitido identificar a dos nuevas víctimas: Miguel Ángel Quispe, de 60 años, desaparecido en junio, y Juan José Ponce, de 51 años, conocido como “Pequeño Juan”, visto por última vez en abril. Con esta identificación, ya son cuatro las víctimas confirmadas relacionadas con Jurado, quien es considerado el primer asesino serial de Jujuy. Las autoridades no descartan la posibilidad de que surjan más víctimas, ya que aún quedan muestras biológicas por procesar.
Jurado ya enfrentaba acusaciones por las desapariciones de Jorge Anachuri y Sergio Sosa, y la fiscalía planea ampliar la imputación con base en los nuevos resultados. El fiscal Guillermo Beller afirmó que con cuatro ADN confirmados, se cuenta con evidencia sólida, y se sospecha que existe un patrón común detrás de las desapariciones, consolidando la hipótesis de homicidio agravado.
Hasta el momento, se han realizado más de 100 entrevistas a testigos, se han revisado más de 100 cámaras de seguridad y se han procesado 200 muestras biológicas. La mayoría de los peritajes han sido llevados a cabo por el Laboratorio de Genética Forense del Ministerio Público de la Acusación.
La investigación se centra en el examen psiquiátrico del imputado, ya que no se han encontrado cadáveres, solo manchas de sangre en su domicilio. La identificación de las víctimas se logró a través de análisis de ADN de estas manchas y la comparación con familiares. El fiscal general de Jujuy, Sergio Lello Sánchez, indicó que se solicitará una prórroga para continuar con la investigación, que es compleja y podría revelar más desaparecidos.
Matías Jurado, de 37 años, fue detenido a principios de agosto en su casa en el barrio Alto Comedero, donde se descubrieron restos óseos y fragmentos de piel humana, así como herramientas que se presume pertenecían a las víctimas. Además, se encontraron manchas de sangre mezcladas con combustible, lo que sugiere un intento de destruir evidencias.
El sobrino de Jurado, actualmente bajo custodia, declaró que su tío solía llevar a personas en situación de calle a su casa, donde las agredía y descuartizaba. Jurado utilizaba un método recurrente para atraer a sus víctimas, prometiéndoles trabajo o alcohol.
El imputado tiene un historial delictivo extenso, con su primera condena a los 17 años y la última en 2018, cuando fue sentenciado a tres años y cuatro meses de prisión.
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