Un informe balístico sobre el ataque al fotógrafo Pablo Grillo, ocurrido el 12 de marzo, determinó que el cabo Héctor Jesús Guerrero no siguió el protocolo establecido para el uso de pistolas lanza gases. La pericia descartó que el disparo se hubiera realizado a un ángulo de 45° hacia arriba o entre 30° y 45° hacia abajo, como indica el manual, concluyendo que Guerrero disparó de forma recta.
Esta conclusión sugiere que la intención del disparo no fue disuasoria, sino de causar daño directo. La querella había solicitado a la jueza María Servini que se determinara la posición, altura, dirección y ángulo del cañón del arma en el momento del disparo, que corresponde a una pistola Modelo Unic Tipo lanza gases Cal. 38.1mm, Serie 00660.
A pesar de los hallazgos, el cabo Guerrero continúa en funciones, ya que el informe interno de Gendarmería se cerró sin sanciones disciplinarias. La familia Grillo, parte de la querella, considera que el análisis del expediente muestra “múltiples falencias que comprometen la seriedad y objetividad de la investigación interna”. Los equipos jurídicos de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y del CELS, que actúan como querellantes, advirtieron que el proceso interno parece ser una formalidad destinada a respaldar las acciones de los efectivos y ocultar conductas que pusieron en riesgo la vida de los manifestantes.
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