Salvador Illa y Carles Puigdemont se verán este martes por primera vez cara a cara. El president de la Generalitat y el líder de Junts no habían coincidido desde 2017, cuando Puigdemont era president y su interlocutor en el PSC era Miquel Iceta. Desde entonces, no se han encontrado durante los años que Puigdemont ha residido en Bélgica. De hecho, ni siquiera tenían guardados los contactos telefónicos respectivos cuando se enfrentaron en las urnas el 12 de mayo de 2024. Un año y cuatro meses después, los dos líderes se reunirán en Bruselas con la amnistía declarada constitucional, aunque aún pendiente de aplicación para el líder de Junts.
La cita se celebrará a instancias del president de la Generalitat, quien formalizó la petición hace unos diez días, tras regresar de sus vacaciones de verano, en las que Illa compartió unos días con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Lanzarote. No fue Illa quien contactó directamente con Puigdemont, sino que su gabinete, a través de Eduard Rivas, se comunicó y cerró los detalles “muy discretamente” con el director de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay.
El Govern no confirma que la fecha exacta se fijara tras las vacaciones con Sánchez, pero indican que Illa tomó la decisión de reunirse con Puigdemont después de que el Tribunal Constitucional confirmara la constitucionalidad de la amnistía a finales de julio. Desde la Generalitat consideraron que no era adecuado que el encuentro se produjera en agosto, por lo que finalmente decidieron abrir el curso político con este “gesto” tras defender reiteradamente la aplicación de la amnistía.
Illa quería reunirse con Puigdemont en Catalunya, pero ante la tardanza de la aplicación de la ley de olvido penal, optó por hacerlo en Bruselas. Desde el Govern se tenía claro que el encuentro debía celebrarse en la sede de la Generalitat en Bruselas para evitar riesgos de escenografía, recordando la imagen de Santos Cerdán reunido con Puigdemont en el Parlamento Europeo con una gran imagen de las urnas del 1-O de fondo.
Negociaciones y “amnistía política”
En la Moncloa confían en que esta primera reunión pueda ayudar a un acercamiento con los posconvergentes, ya que las relaciones entre el PSOE y Junts no son las mejores debido al bajo cumplimiento de los acuerdos de investidura y la próxima negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Aunque oficialmente el Gobierno descarta que el encuentro busque los votos de Puigdemont para los presupuestos, los socialistas lo ven como un “reconocimiento” y un “paso”.
Desde Junts, sin embargo, restan importancia al encuentro. Desde que se aprobó la ley de olvido penal en el Congreso, el partido ha solicitado una reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Consideran que es un agravio que, un año después de la investidura, el president aún no haya visitado a Puigdemont. Aceptaron la reunión por “respeto institucional”, pero critican la tardanza y descartan que sirva para alcanzar nuevos pactos con Sánchez.
Además, a los posconvergentes les incomodó que Illa excluyera a Puigdemont de la ronda de contactos con expresidents de la Generalitat que se celebró hace un año. El Govern justificó que Puigdemont era un líder político activo. Illa afirmó que “ahora toca enviar un mensaje de que, en democracia, el diálogo es el motor”.
Está por ver qué tipo de relación establecerán los dos dirigentes a partir de este martes, a la espera de cuándo Puigdemont podrá regresar a Catalunya y si decidirá ejercer como jefe de la oposición.
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