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Hernán Testa, el guardián del lúpulo en la Patagonia

En la Comarca Andina del Paralelo 42, donde Río Negro y Chubut se encuentran, se cultiva un producto esencial para el sabor de la cerveza: el lúpulo. Este cultivo, que ocupa más de 200 hectáreas en todo el país, es gestionado por Hernán Testa, un ingeniero agrónomo egresado de la UBA y socio de Patagonia Lúpulos Andinos, la mayor empresa del sector en Argentina. Su trabajo ha tenido un impacto significativo en la economía regional.

Testa, quien se trasladó a la Patagonia para realizar sus sueños de estudiar y cultivar lúpulo, asiste anualmente a congresos internacionales de lúpulo en Europa, donde ha compartido investigaciones sobre historia cervecera y ensayos sobre control biológico.

Todo es más fácil cuando te vas especializando”, afirma Testa, quien se considera un experto en la nutrición del lúpulo. En Argentina, existen 215 hectáreas de lúpulo, de las cuales su empresa maneja 90. “Somos más grandes que Quilmes en superficie cultivada localmente”, añade, refiriéndose al gigante cervecero que cultiva 60 hectáreas.

La producción de lúpulo en Argentina se destina principalmente al mercado local, y aunque más del 95% del lúpulo mundial se produce en el hemisferio norte, Testa destaca el creciente interés por el lúpulo argentino en el ámbito internacional.

La comercialización del lúpulo se basa en contratos plurianuales que brindan estabilidad frente a la volatilidad del mercado. “En años malos sobra lúpulo y el precio internacional cae muy por debajo de nuestro costo de producción”, advierte Testa, quien enfatiza la importancia de los acuerdos con empresas como Quilmes para asegurar la viabilidad del cultivo.

El lúpulo argentino incluye variedades de uso público, siendo la Cascade la más cultivada. Sin embargo, Testa menciona que existen más de 230 variedades en el mundo, muchas de las cuales son privadas y no están disponibles para los productores locales.

El negocio del lúpulo genera aproximadamente 5,6 millones de dólares anuales y, aunque puede parecer pequeño comparado con cultivos como la soja, su impacto en la economía local es notable, generando entre 20.000 y 22.000 jornales anuales.

Hernán Testa, quien se mudó a la Patagonia en 2009 junto a su esposa, ha encontrado en el lúpulo la realización de sus sueños. Su pasión por la cerveza lo ha llevado a participar como jurado en competencias en Uruguay, fortaleciendo la conexión con las cervecerías artesanales.

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