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Grasa parda podría ayudar a envejecer mejor y mejorar la forma física

El envejecimiento es inevitable y con él llega una progresiva pérdida de la capacidad física que dificulta actividades cotidianas como caminar o mantenerse de pie. Esto provoca que mantenerse en forma se vuelva más complicado, lo que a su vez reduce la resistencia. Sin embargo, la ciencia investiga la posibilidad de ralentizar este declive.

La grasa como antienvejecimiento

Investigadores de la Rutgers New Jersey Medical School han descubierto que un tipo especial de tejido adiposo, conocido como grasa parda, podría ser clave para una vejez más saludable y para mejorar el rendimiento físico. Este hallazgo podría abrir nuevas vías en el campo del antienvejecimiento.

El equipo de investigación identificó una forma inusualmente potente de esta ‘grasa buena’ en ratones, que no solo aumentó su esperanza de vida, sino que también mejoró su capacidad de ejercicio en un 30%. Actualmente, se busca replicar estos efectos en humanos a través de un fármaco.

No toda la grasa es mala

Comúnmente, se asocia la grasa con el tejido adiposo blanco, que almacena calorías en forma de triglicéridos. Sin embargo, la grasa parda, o tejido adiposo marrón, se especializa en quemar calorías para generar calor, gracias a sus células repletas de mitocondrias.

La cantidad de grasa parda es mayor en los bebés, ya que es crucial para mantener la temperatura corporal. A medida que se crece, esta grasa se reduce, quedando solo en pequeñas cantidades alrededor del cuello y los hombros, mientras que la grasa blanca predomina en el cuerpo.

Un paso más allá

El conocimiento sobre la grasa parda ha avanzado en la literatura científica, pero este estudio sugiere que está vinculada a una longevidad más saludable y a una mejor capacidad para realizar ejercicio físico.

Cómo lo supieron

Los investigadores utilizaron un modelo de ratón modificado genéticamente para carecer de una proteína llamada RGS14. Estos ratones vivieron aproximadamente un 20% más que los normales, y mostraron una mayor resistencia y evitaron signos típicos de envejecimiento.

Los ratones sin RGS14 desarrollaron una grasa parda más densa y potente, lo que les permitió mejorar su rendimiento físico significativamente.

La prueba definitiva

Para confirmar que era la grasa parda la responsable de estos efectos, los científicos trasplantaron esta ‘supergrasa’ de ratones modificados a ratones normales. Los resultados mostraron que los receptores mejoraron su capacidad de ejercicio en solo tres días, mientras que el trasplante de grasa parda normal mostró mejoras más lentas.

¿Por qué?

Se sugiere que la grasa parda mejora la circulación sanguínea, promoviendo la creación de nuevos vasos sanguíneos en los músculos, lo que optimiza el flujo de sangre y oxígeno durante el ejercicio.

El objetivo

La investigación indica que esta grasa parda no solo mejora el rendimiento físico, sino que también podría proteger contra enfermedades asociadas a la edad, como la obesidad, la diabetes, trastornos cardiovasculares, cáncer y Alzheimer.

El equipo de Vatner trabaja en el desarrollo de un fármaco que imite los efectos de la grasa marrón, con la expectativa de tener un compuesto listo para pruebas en un año. El objetivo es aumentar no solo la esperanza de vida, sino también la calidad de vida durante esos años adicionales.

Mientras se espera la pastilla, se sugiere que la exposición al frío, como los baños de hielo, puede aumentar de forma natural los niveles de grasa parda, aunque muchos prefieren la opción de una pastilla en lugar de un baño helado.

Fuente original: ver aquí