Un juez en Washington determinó que Google no tendrá que vender su navegador Chrome ni su sistema operativo Android, lo que representa una victoria significativa para la compañía en su conflicto con las autoridades antimonopolio de Estados Unidos. Sin embargo, se le ordenó compartir datos con sus competidores para fomentar la competencia en el sector de las búsquedas en internet.
Las acciones de Alphabet, la empresa matriz de Google, aumentaron un 7,2% en las transacciones posteriores al fallo, mientras que los inversores celebraron la decisión del juez. Esta sentencia también permite a Google continuar realizando pagos sustanciales a Apple, que, según las autoridades antimonopolio, han limitado a sus competidores en el mercado de búsquedas. Google paga aproximadamente 26.000 millones de dólares anuales para ser el buscador preferido de Apple, aunque el acuerdo no podrá ser exclusivo.
Además, el juez de distrito Amit Mehta dictaminó que Google puede conservar su sistema operativo Android, que junto a Chrome, es fundamental para su negocio de publicidad en internet, en el que tiene una posición dominante.
Esta decisión es el resultado de un proceso legal de cinco años entre Google y el gobierno de Estados Unidos, donde los reguladores han cuestionado durante mucho tiempo el dominio de las grandes empresas tecnológicas en el mercado.
Competencia de la Inteligencia Artificial
El juez Mehta había dictaminado anteriormente que Google posee un monopolio ilegal en las búsquedas en internet y la publicidad relacionada. Sin embargo, abordó la cuestión de las medidas correctivas con cautela y destacó la competencia emergente de las empresas de inteligencia artificial desde el inicio del caso.
Mehta expresó que el tribunal debe prever el futuro, una tarea que no es precisamente la especialidad de un juez. Aunque el requerimiento de compartir datos con la competencia podría fortalecer a los rivales de Google en el sector publicitario, el hecho de no tener que vender Chrome ni Android alivia una gran preocupación para los inversores, quienes consideran ambos productos como elementos clave en el negocio global de Google.
Google enfrenta una creciente amenaza de herramientas de inteligencia artificial, como ChatGPT de OpenAI, que están comenzando a erosionar su dominio. Si las empresas de IA acceden a los datos que Google debe compartir, podrían mejorar sus propios desarrollos de chatbots y, en algunos casos, sus motores de búsqueda y navegadores web.
Con información de Reuters
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