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Gobierno enfrenta crisis en áreas que antes eran sus fortalezas

El gobierno nacional ha transformado rápidamente muchas de sus principales fortalezas en debilidades, generando motivos de duda, incertidumbre y preocupación. Los errores no forzados surgen de la improvisación, la falta de personal político calificado y la lucha por el poder, además de estilos de liderazgo disfuncionales. La problemática de La Libertad Avanza no radica en una oposición debilitada o en obstáculos sindicales, sino en sus propios métodos de gestión y acumulación de poder.

Se esperaba que la economía fuera una fuente constante de buenas noticias. La creencia de que el déficit fiscal era la causa de todos los males y la decisión de revertirlo rápidamente le otorgaban al Presidente una sensación de seguridad. Hasta febrero de este año, parecía tener razón. Sin embargo, a partir de entonces, la situación se complicó. Ni la salida parcial del cepo ni el acuerdo con el FMI restauraron la confianza de la ciudadanía, que comenzó a acumular dólares. Algunos especialistas opinan que el sistema de bandas de flotación es incierto para un país bimonetario como Argentina, que tiene una historia de inestabilidad macroeconómica. Otros argumentan que el Gobierno incumplió el acuerdo con el FMI al no avanzar en la acumulación de reservas pactada.

La sensación de alivio inicial por la desaceleración de la inflación y la esperanza de que las cosas podrían ser diferentes ha dado paso a un malestar generalizado por la falta de recuperación económica y un agotamiento con el estilo agresivo del Presidente Javier Milei.

La narrativa sobre la lucha contra la corrupción, que antes era sólida, ha comenzado a desmoronarse. Observadores han señalado cuestionables mecanismos de recaudación por parte de fundaciones ligadas al Gobierno, lo que ha afectado la reputación de la administración. Escándalos recientes han puesto en entredicho la credibilidad del Gobierno, mientras que el Presidente se vio envuelto en incidentes que reflejan una creciente tensión en la campaña electoral.

A pesar del desgaste del kirchnerismo, la narrativa libertaria sobre el “riesgo kuka” parece desconectada de la realidad, dado que los principales referentes de ese espacio político enfrentan serios problemas de aceptación pública. La historia política reciente sugiere que los escándalos pueden no afectar significativamente el comportamiento electoral si la situación económica se mantiene estable.

En conclusión, el audiogate podría no impactar en los resultados de las próximas elecciones, pero está dejando huellas en aspectos que antes se consideraban fortalezas de la gestión actual, como la confianza pública y la capacidad del Presidente para implementar reformas estructurales en la segunda parte de su mandato.

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