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Gaza provoca divisiones en las coaliciones de gobierno de la UE

Las discrepancias sobre cómo presionar a Israel para que ponga fin a las atrocidades en la franja de Gaza, y el reconocimiento del Estado palestino, dividen a la Unión Europea, que hasta ahora ha sido incapaz de mostrar una voz unánime frente al Gobierno de Benjamín Netanyahu. Esta situación se evidenció nuevamente en la reunión informal de ministros de Exteriores celebrada el sábado en Copenhague. Las divisiones han generado grietas en varios Gobiernos de coalición en la Unión Europea, aunque Alemania y España parecen estar menos afectadas por estas disensiones.

“Es un debate que polariza mucho”, reconoció el ministro de Defensa de Países Bajos, Ruben Brekelmans. Este mismo ministro tuvo que quedarse un día más en Copenhague para representar a su país en la reunión de Exteriores, debido a la renuncia del jefe de la diplomacia holandesa, Caspar Veldkamp, por diferencias en el Gobierno sobre cómo presionar a Israel. “Si esto es un tema que polariza en un país, más lo hace a nivel de 27”, resumió Brekelmans, reflejando la dificultad que enfrenta Europa para encontrar una solución común.

Suecia y Países Bajos han solicitado la suspensión de la parte comercial del acuerdo de asociación entre la UE e Israel, como hizo España en una carta a Kaja Kallas, la jefa de la diplomacia europea. Sin embargo, las fricciones internas sobre cómo presionar a Israel han debilitado las coaliciones de gobierno en estos países.

La reciente dimisión del ministro de Exteriores neerlandés, Caspar Veldkamp, y de otros cuatro ministros de su formación, ha dejado al Gobierno en funciones de Países Bajos en una situación más frágil. La coalición no pudo acordar la propuesta de imponer un embargo total de armas a Israel, considerada excesiva por sus socios de coalición. Tampoco se logró un consenso sobre un boicot económico a los asentamientos ilegales en territorios palestinos ocupados.

Con las elecciones programadas para el 29 de octubre, el margen de maniobra del primer ministro Dick Schoof se reduce. Tendrá que buscar apoyo en la oposición para avanzar en sus propuestas, lo que ha llevado al mandatario a expresar su deseo de avanzar “en consulta estrecha” con el Parlamento. Sin embargo, la oposición ha moderado su apoyo, especialmente la alianza entre ecologistas y socialdemócratas, quienes han criticado la falta de respaldo del Gobierno a medidas contra Israel.

En Suecia, la ministra de Exteriores, Maria Malmer Stenergard, instó a la Unión a congelar la parte comercial del acuerdo con Israel, lo que generó críticas dentro de la coalición de gobierno. El Partido Cristianodemócrata, parte de esta coalición, se opone a la medida. Las críticas más duras provienen del ultraderechista Demócratas Suecos, que sostienen al Gobierno en el Parlamento. Su líder, Jimmie Akesson, expresó que si hubieran sabido que el Gobierno sería tan voluble en su política sobre Oriente Próximo, habrían exigido garantías en el acuerdo de gobierno firmado en 2022.

El Gobierno sueco también presiona para que se sancione a los ministros más radicales del Ejecutivo israelí y se castigue a los colonos violentos en Cisjordania. En Bélgica y Finlandia, el debate sobre el reconocimiento del Estado palestino ha puesto en jaque a sus coaliciones de gobierno, pero no se prevé una fractura insuperable en Bélgica. La llegada al poder del primer ministro Bart De Wever ha llevado a un cambio en la postura del país respecto al conflicto, aunque su predecesor, Alexander De Croo, había sido un defensor de medidas contundentes contra Israel.

En Finlandia, el Gobierno enfrenta presión creciente, con dos de sus formaciones a favor del reconocimiento del Estado palestino, mientras que otras dos se oponen. Los socialdemócratas han amenazado con impulsar una moción de censura si el Gobierno no anuncia su intención de reconocer a Palestina. El presidente finlandés, Alexander Stubb, ha manifestado su disposición a aceptar el reconocimiento si el Gobierno lo propone.

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