Trabajar en el sector tecnológico conlleva enfrentar la idea de la “maldición de los 35”, que sugiere que al llegar a esa edad, la carrera profesional se estanca y las oportunidades de contratación disminuyen. Este concepto se alimenta de la edad media de empleados en grandes empresas tecnológicas, que es de 29 años en Facebook y LinkedIn, 30 en Google y 33 en Microsoft.
Investigación científica desafía el mito
Un estudio reciente de académicos de la South China University of Technology y la Universidad de New South Wales ha analizado si esta percepción tiene fundamento empírico y concluye que no lo tiene. Los investigadores utilizaron una metodología rigurosa para buscar una caída abrupta en el rendimiento profesional al cumplir 35 años, analizando datos de plataformas de networking profesional, registros de patentes y salarios de miles de ingenieros y científicos.
Los resultados muestran que no existe una “discontinuidad significativa” en el rendimiento innovador ni en la productividad económica de los profesionales al cruzar esa edad. Por lo tanto, la creencia de que la capacidad de un ingeniero se desvanece de repente es un mito sin base científica.
Trayectoria profesional y productividad
El estudio revela que la trayectoria profesional tiene forma de “U” invertida. La capacidad de innovación, medida por el número de solicitudes de patentes, aumenta rápidamente en la veintena, alcanza su punto máximo alrededor de los 34 años y luego inicia un declive gradual.
Dependiendo de la especialidad, el pico de innovación varía. Por ejemplo, los ingenieros de software y comunicación alcanzan su máximo a los 32 años, mientras que los ingenieros mecánicos lo logran a los 37 años, donde la experiencia acumulada juega un papel importante.
Prejuicio y rendimiento
El estudio también aborda el prejuicio de que el rendimiento disminuye a partir de los 35 años. Introduce el ratio rendimiento-salario (PIR), que mide cuántas patentes produce un empleado por cada euro que la empresa invierte en su salario. Este ratio tiene forma de “U” y alcanza su punto más bajo entre los 38 y 39 años, ya que los salarios pueden seguir aumentando mientras la producción de patentes comienza a descender.
Sin embargo, tras este descenso, el rendimiento vuelve a repuntar gracias a la experiencia, la capacidad de gestión y el conocimiento acumulado, que son activos valiosos para la innovación a largo plazo de una empresa.
Implicaciones para profesionales y empresas
El estudio sugiere que la carrera profesional no se detiene a los 35 años, y que esta es una etapa ideal para maximizar la producción innovadora. Se aconseja que, al acercarse a los 40, los profesionales consideren roles de gestión o mentoría.
Por otro lado, las empresas deben reconsiderar sus políticas de contratación y salariales, ya que pueden estar perdiendo talento en su pico de rendimiento al rechazar a candidatos mayores de 35 años. Además, fomentar equipos diversos en cuanto a edad podría ser beneficioso para la innovación.
En España, el desempleo entre mayores de 50 años es un problema significativo, con el 47% de los parados en esa franja de edad. La realidad es que el mercado laboral enfrenta un envejecimiento de la población, y se prevé que en 2030, el 40% de los trabajadores tendrán más de 50 años. Por lo tanto, discriminar a profesionales cualificados por su edad no resulta conveniente, especialmente cuando su productividad no se ve drásticamente afectada.
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