El Ejecutivo anunció que comenzará a vender divisas para frenar la subida del dólar, en un contexto de volatilidad y cercanía de las elecciones. Esta medida busca estabilizar el tipo de cambio utilizando los dólares acumulados por el Tesoro Nacional.
Detalles de la intervención
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, comunicó en su cuenta de X que el Tesoro Nacional participará en el mercado libre de cambios para contribuir a su liquidez y normal funcionamiento. Esta decisión representa un cambio respecto a la política de “flotación” que apoyaban el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo hace un mes.
El anuncio se produce tras la reciente cotización del dólar, que alcanzó casi 1.390 pesos en el Banco Nación, mientras el mercado se acercaba al límite de 1.400 pesos establecido por el Gobierno. La intervención permitirá la venta de dólares incluso cuando la cotización esté dentro de la banda cambiaria.
Consultoras privadas han señalado que el Gobierno ya había estado operando de manera discreta en los últimos días, utilizando divisas de préstamos y colocaciones financieras para abastecer el mercado.
La intervención se llevará a cabo con dólares del Tesoro Nacional depositados en el Banco Central, que estaban destinados a un vencimiento de deuda de casi US$ 5.000 millones en enero. Por el momento, no se utilizarán los fondos del acuerdo con el FMI, que están reservados para otros fines.
Se espera que esta medida reduzca la presión sobre el dólar, absorbiendo pesos del sistema y contribuyendo a la estabilidad cambiaria. Sin embargo, esta contracción monetaria podría afectar el consumo y la actividad económica, ya que menos pesos en circulación significan menor liquidez para comercios e industrias, lo que podría agravar la recesión en sectores ya golpeados.
La meta oficial es contrarrestar lo que se considera un “trade electoral”, una especulación cambiaria impulsada por la incertidumbre política en un contexto preelectoral. La intervención también incluye la venta de 370 millones de dólares a la provincia de Buenos Aires para cubrir vencimientos de deuda, reflejando las presiones fiscales en el ámbito subnacional.
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