Fuentes de Moncloa han asegurado que “la seguridad del presidente no ha estado comprometida en ningún momento” durante el vuelo frustrado que el jueves había iniciado Pedro Sánchez con destino a la cumbre en París sobre el apoyo a Ucrania. El comandante de la aeronave, un Falcon 900 con indicativo T18 de la Fuerza Aérea, decidió regresar a la base aérea de Torrejón de Ardoz tras detectarse “una avería que hacía aconsejable no continuar el vuelo”, según confirmaron fuentes militares.
La flota de aviones para el transporte de autoridades de España, que incluye jets Dassault Falcon y aeronaves Airbus 310 en el Ala 45 del Ejército del Aire y del Espacio, es una de las más antiguas de Europa Occidental. En particular, el Falcon en el que viajaba Sánchez realizó su primer vuelo en enero de 1984, hace más de 41 años. España comenzó a adquirir estos aviones en 1988, comprando tres de segunda mano a la Real Fuerza Aérea Australiana y otros dos directamente al fabricante francés Dassault.
La causa de la avería del avión está actualmente bajo investigación por parte del equipo de mantenimiento en Torrejón, aunque no se revelará oficialmente por razones de seguridad nacional, según indicaron las fuentes gubernamentales.
Incidentes
El Ala 45 del Ejército del Aire lleva un registro meticuloso de las averías de sus aviones, que ha aumentado considerablemente desde 2013. Los Falcon 900 son especialmente propensos a incidencias debido a su antigüedad. Aunque estos aviones son operativos y cumplen con todas las revisiones, se consideran aviones “al límite”, según fuentes consultadas.
Las incidencias registradas, así como su número y gravedad, son información reservada. Sin embargo, uno de los incidentes más graves que ha trascendido, sin confirmación oficial, fue una despresurización de la cabina con el presidente Sánchez y su familia a bordo, que obligó al comandante a regresar a la base de Torrejón en marzo de 2024. Tres meses después, otra avería en Bruselas llevó a Defensa a enviar un avión sustituto para traer de vuelta al presidente.
El Ala 45 del Ejército del Aire, que hasta la pasada primavera era solo un grupo, fue elevado a Ala tras la incorporación de grandes aviones Airbus de reabastecimiento en vuelo. Actualmente, cuenta con dos Airbus 310, que datan de 1982, pero que España adquirió hace 22 años tras haber servido durante 20 años en vuelos comerciales de Lufthansa, y cinco unidades del Falcon 900B, con capacidad para entre 12 y 19 pasajeros.
La flota completa acumula alrededor de 3.900 horas de vuelo anuales, según el Ejército del Aire. La misión de sus pilotos no se limita al transporte de miembros de la Familia Real y del Gobierno; también pueden llevar tropas a lugares de despliegue, realizar misiones de evacuación de civiles y heridos, y llevar a cabo rescates en zonas de conflicto, así como transporte en emergencias médicas.
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