Los precios del petróleo han experimentado un aumento en las últimas semanas. El Brent subió un 2,7% y el West Texas Intermediate un 1,1% esta semana, según Reuters. Esta volatilidad se debe a las bajas expectativas de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, lo que se refleja en los mercados que anticipan sanciones más severas contra Moscú y una prolongación del conflicto.
Mientras en Alaska se encontraban Vladimir Putin y Donald Trump, drones ucranianos atacaron una refinería rusa, evidenciando que la guerra ya no se limita al Donbás, sino que ahora afecta directamente a la industria petrolera del Kremlin.
Escasez de gasolina en Rusia
En Rusia, los precios mayoristas de la gasolina han alcanzado niveles récord. Según un reportaje del Financial Times, el combustible A95 llegó a 82.300 rublos por tonelada en la Bolsa de San Petersburgo en agosto, un incremento del 55% desde principios de año. Este aumento se debe a la combinación de una mayor demanda estacional y los daños a la infraestructura energética provocados por los ataques ucranianos.
Consecuencias para la población
Los conductores rusos están enfrentando largas colas y racionamiento en regiones como Zabaikalsky, Crimea y el Extremo Oriente. Según el Moscow Times, Rusia ha perdido aproximadamente el 13% de su capacidad de refinación desde principios de agosto, tras ataques que obligaron al cierre de al menos cuatro refinerías. En Vladivostok, los automovilistas deben esperar hasta dos horas para repostar, mientras que muchos surtidores están fuera de servicio.
Racionamiento de combustible
En algunas áreas se han implementado “cupones” de combustible, un método de racionamiento que recuerda a los últimos años de la URSS. Crimea, anexionada por Rusia en 2014, enfrenta cortes en el suministro. Sergei Aksyonov, jefe regional designado por Moscú, ha reconocido interrupciones en algunas estaciones y ha pedido paciencia hasta que finalice la operación militar. A pesar de los intentos de contener la crisis mediante subsidios y la prohibición de exportaciones de gasolina, la demanda interna sigue sin ser satisfecha.
Ofensiva de drones ucranianos
Ucrania ha lanzado una ofensiva sistemática contra la industria petrolera rusa, atacando refinerías y centros de distribución a distancias considerables de la frontera. El 10 de agosto, drones ucranianos alcanzaron una instalación de Lukoil en la república de Komi, a más de 2.000 kilómetros de distancia, interrumpiendo la producción de una refinería clave de Rosneft en Saratov.
Estos ataques son más frecuentes y coordinados que en el pasado. El Financial Times ha señalado que, a diferencia de 2023, cuando los daños eran reparados rápidamente, en 2024 la estrategia busca dejar fuera de servicio varias plantas simultáneamente durante períodos más prolongados. El objetivo es demostrar al Kremlin su vulnerabilidad en su propio territorio y afectar su principal fuente de ingresos, los hidrocarburos.
El caos en el uso de drones
Ucrania utiliza enjambres de drones de bajo coste y largo alcance, producidos en masa. En 2024, se fabricaron 2,2 millones de drones, con la intención de duplicar esa cifra en 2025. Sin embargo, el campo de batalla se ha vuelto caótico, con hasta 60 drones volando en un kilómetro de frente, interfiriéndose entre sí. A veces, las contramedidas ucranianas afectan sus propios drones, y en otras ocasiones, los operadores se conectan accidentalmente a transmisiones enemigas. A pesar de esto, los drones permiten a Ucrania atacar a larga distancia y debilitar la economía de guerra rusa.
Perspectivas futuras
Los analistas prevén que los precios de la gasolina en Rusia seguirán altos al menos hasta septiembre, según el Financial Times. Aunque no se anticipa una crisis nacional generalizada, se espera que continúen los problemas en regiones remotas y mal conectadas. Moscú podría recurrir a importaciones de productos refinados de Bielorrusia para cubrir parte del déficit. Sin embargo, Ucrania parece decidida a continuar su campaña de ataques.
Un laboratorio bélico
El conflicto en Ucrania se ha convertido en un laboratorio de innovación militar, donde se desarrollan drones resistentes a interferencias y nuevas doctrinas de guerra electrónica. Estas lecciones influirán en los ejércitos del futuro. Al mismo tiempo, el racionamiento de combustible en Rusia evoca recuerdos de escasez de la era soviética, recordando que los costos de la invasión afectan la vida cotidiana de la población.
Un nuevo frente de conflicto
La guerra en Ucrania ha cambiado su frente más visible, ya no se limita a las trincheras del Donbás, sino que se manifiesta en las colas de las gasolineras rusas. A pesar de que Putin afirma que Moscú mantiene la iniciativa militar, los ciudadanos enfrentan racionamientos y precios en alza. La historia demuestra que la escasez puede ser más devastadora que cualquier proyectil, y el Kremlin enfrenta el riesgo de que el descontento popular se convierta en su mayor vulnerabilidad.
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