Home / Actualidad / Direcciones en Costa Rica: un desafío para turistas y residentes

Direcciones en Costa Rica: un desafío para turistas y residentes

En Costa Rica, más de cinco millones de personas se desplazan por un país donde la mayoría de las calles no tienen nombres y las casas carecen de números. Esta particularidad genera confusión, incluso entre los argentinos que residen allí, quienes admiten tener dificultades para orientarse “a la tica”.

Un reciente relato de un viajero ilustra esta situación. Tras tres días en el país, y mientras se encontraba en el lobby del hotel Marriott Hacienda Belén en San José, solicitó la dirección de su alojamiento. La respuesta del personal fue: “A 700 metros al oeste de Bridgestone, la Ribera de Belén, Heredia”. Ante la duda de cómo comunicar esa dirección a un taxista, el empleado le aseguró que esa era la forma habitual de dar direcciones en Costa Rica.

Las referencias geográficas y puntos de interés son la norma, como explica el viceministro de Transportes, Carlos Ávila Arquín. A pesar de las críticas sobre el sistema de direcciones, este no ha impedido la atracción de inversiones extranjeras, que en el último año superaron los 4.321 millones de dólares. Además, se han implementado iniciativas para mejorar la señalización, como la asignación de 250.000 direcciones en el área metropolitana de San José y la colocación de 22.000 placas con nombres de calles en 2012.

Expertos como Alexa Bolaños Carpio, docente en Lingüística de la Universidad de Costa Rica, sostienen que el sistema de direcciones, aunque considerado arcaico, funciona. En su investigación sobre cómo se comunican las direcciones, Bolaños Carpio destaca que la mayoría de las personas utiliza referencias como iglesias, escuelas y comercios, combinando descripciones espaciales y visuales para ubicarse.

Sin embargo, la llegada de tecnologías como el GPS ha comenzado a cambiar la dinámica. Empresas de entrega como PedidosYa han adaptado sus servicios a este nuevo contexto, aunque muchos costarricenses aún prefieren las indicaciones tradicionales.

Por su parte, algunos argentinos que viven en el país comparten su experiencia. María Florencia Arenza, administradora de un resort, recuerda su sorpresa al recibir direcciones basadas en puntos de referencia. Otros, como Florencia Morado, admiten que aún dependen de aplicaciones de navegación para orientarse, lo que resalta la dificultad de adaptarse a un sistema que, aunque efectivo para los locales, puede resultar confuso para los extranjeros.

Fuente original: ver aquí