Diego Hartfield, misionero de 44 años, ha transitado un camino notable desde sus inicios en el tenis profesional hasta convertirse en inversor en la bolsa y diputado provincial. Su vida ha estado marcada por una profunda conexión con los números, lo que lo llevó a descubrir el mundo de las finanzas tras dejar el deporte.
Hoy, Hartfield cuenta con más de 200 clientes que confían en su asesoría para inversiones. A pesar de no haber tenido conocimientos en Excel hasta los 35 años, ha logrado establecerse en un ámbito que considera poco desarrollado en el interior del país.
El extenista, conocido como “El Gato” por la serie de dibujos animados Garfield, recuerda sus años en el Oberá Tenis Club, donde comenzó a soñar con ser tenista. A pesar de las dificultades, su determinación lo llevó a competir en torneos importantes, incluyendo un memorable partido en Roland Garros contra Roger Federer, el número uno del mundo en ese momento.
Su carrera en el tenis y el paso a las finanzas
Hartfield recuerda que su carrera en el tenis estuvo marcada por la competitividad y la lucha constante. Desde pequeño, mostró interés en el deporte, pero fue en su adolescencia cuando comenzó a tomar decisiones que lo llevarían a la cima. A pesar de enfrentar desafíos económicos y la presión de tener éxito, su fe y determinación lo impulsaron a seguir adelante.
Después de retirarse del tenis, Hartfield comenzó a dar clases y se aventuró en el mundo de la televisión como comentarista. Su curiosidad lo llevó a invertir en la bolsa, donde encontró una nueva pasión y propósito, consolidándose como un referente en el ámbito financiero en su región.
En la actualidad, Hartfield no solo se dedica a asesorar a empresas y particulares, sino que también participa activamente en la política a través de La Libertad Avanza, buscando contribuir a un cambio en el rumbo del país.
Su historia es un testimonio de resiliencia y adaptación, mostrando que es posible reinventarse y encontrar nuevas oportunidades, incluso después de enfrentar grandes desafíos en la vida.
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