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Crianza: entre el control excesivo y la distancia

La crianza de los hijos se enfrenta a un dilema entre el control excesivo y la distancia emocional. Especialistas analizan los efectos de estar demasiado pendientes o un poco ausentes en las rutinas y actividades de los hijos y proponen estrategias para encontrar un equilibrio.

Un estudio de la Universidad de Colorado revela que el 73% de los adolescentes afirma que sus padres les resuelven la mayor parte de los conflictos cotidianos. En contraste, un 61% de los adultos sostiene que deja “demasiado” librado a la independencia de sus hijos. Esta polarización se presenta en dos extremos: la hiperpaternidad, caracterizada por el exceso de control, y la hipopaternidad, definida por la distancia emocional o la ausencia de presencia efectiva.

La psicóloga Silvia Álava Sordo advierte que se está malinterpretando el amor paternal. “Creemos que ayudar a los hijos es evitarles sufrimientos y frustraciones, lo que les impide desarrollar tolerancia a la frustración y tomar decisiones”, explica. La neurocientífica pediátrica Carina Castro Fumero añade que esta sobreprotección inhibe el desarrollo de habilidades críticas en los niños.

El contexto familiar también se ve afectado por la hiperconectividad y la falta de tiempos compartidos, lo que puede llevar a que los niños naveguen por entornos digitales sin supervisión. “Sobreprotegemos en lo real y descuidamos en lo virtual”, advierte Castro Fumero.

La licenciada Yanina Oliva señala que no se trata de tener todas las respuestas, sino de hacer una pausa, observar y acompañar con presencia genuina. Las consecuencias de la crianza en los extremos son evidentes: niños desmotivados, poco tolerantes al esfuerzo, o, por el contrario, con baja autoestima y en búsqueda constante de contención.

Para lograr una crianza equilibrada, los especialistas sugieren combinar expectativas claras con calidez emocional. La clave está en regularse como adultos para poder corregir, contener y guiar a los hijos. “Cuando los padres no están seguros, sus hijos lo perciben y el mundo se les desmorona”, concluye Álava Sordo.

Consejos para una crianza equilibrada

  • Poner límites claros y afectivos: Los límites deben ser pocos, coherentes y explicados desde la calma.
  • Fomentar el juego libre: Es vital para el desarrollo emocional y creativo de los niños.
  • Establecer rutinas: Proporcionar un marco de previsibilidad que les dé seguridad.
  • Validar emociones: Acompañar a los niños sin negar lo que sienten es fundamental.

Encontrar el equilibrio en la crianza es un desafío que requiere atención y reflexión constante por parte de los padres. La crianza no necesita padres perfectos, sino presentes y coherentes que permitan a sus hijos desarrollarse de manera saludable y autónoma.

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