Home / Tecnologia / Controlan un brazo robótico con la mente gracias a la inteligencia artificial

Controlan un brazo robótico con la mente gracias a la inteligencia artificial

La inteligencia artificial ha comenzado a mejorar la vida diaria de las personas, y un equipo de la Universidad de California ha desarrollado un dispositivo que combina una interfaz cerebro-ordenador no invasiva con IA, aumentando su rendimiento y ofreciendo nuevas oportunidades para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad.

Control de máquinas con la mente. Este concepto, que parece sacado de una película de ciencia ficción, está siendo explorado por laboratorios de neurotecnología. Sin embargo, la precisión y accesibilidad aún representan un desafío significativo para los ingenieros.

Actualmente, las interfaces cerebro-ordenador (BCI) requieren una cirugía compleja para instalar electrodos en el cerebro, lo que limita su uso. Un estudio publicado en la revista Nature Machine Intelligence presenta un avance que podría transformar este campo: una IA que actúa como ‘copiloto’ de una BCI no invasiva para mejorar su rendimiento.

Un equipo que ya se ha probado. El sistema, desarrollado por Jonathan Kao y su equipo, ha permitido a un hombre con parálisis parcial controlar un brazo robótico para realizar tareas complejas que no podía realizar con la tecnología BCI convencional.

Un copiloto de IA para leer la mente. Las BCI no invasivas, que se colocan sobre el cuero cabelludo, son más seguras pero menos precisas. El “ruido” y la debilidad de las señales dificultan la interpretación de las intenciones del usuario. La IA de Kao colabora con el usuario para inferir sus objetivos y ayudar a completar acciones.

Estos copilotos están esencialmente colaborando con el usuario de la BCI e intentando inferir los objetivos que desea alcanzar, para luego ayudar a completar esas acciones.

La IA aprende a integrar la intención del usuario, requiriendo menos información cerebral para ejecutar comandos precisos, creando un sistema de autonomía compartida entre el humano y la máquina.

Resultados que hablan por sí solos. En dos experimentos, cuatro participantes, uno de ellos con parálisis, movieron un cursor en una pantalla hacia un objetivo. Con la BCI tradicional, la mayoría tuvo éxito, pero al activar la IA, todos completaron la tarea más rápido y con mayor tasa de éxito, mejorando el rendimiento hasta cuatro veces.

La prueba de fuego. En una prueba con un brazo robótico, el participante con parálisis no logró completar la tarea solo con la BCI no invasiva, pero al activar la IA, su tasa de éxito alcanzó el 93%. Los participantes sin parálisis también fueron más rápidos con la ayuda de la IA.

Una vista al futuro. Este enfoque promete mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades motoras, ofreciendo una herramienta eficaz sin necesidad de cirugía. Zhengwu Liu, ingeniero de la Universidad de Hong Kong, considera que este sistema híbrido hombre-máquina es un avance significativo.

Hay un desafío ético. El neurólogo Mark Cook advierte que la autonomía compartida no debe hacerse “a costa de la autonomía del usuario”, ya que existe el riesgo de que la IA malinterprete las intenciones del usuario. Kao reconoce que algunos participantes prefirieron no tener un control excesivo de la IA, lo que subraya la importancia de encontrar un equilibrio en el futuro desarrollo de esta tecnología.

Fuente original: ver aquí