Los bodegones porteños son más que simples restaurantes; son espacios que preservan la historia y la cultura de la ciudad. En un entorno donde la vida parece acelerarse, estos lugares ofrecen un refugio, donde la comida se convierte en un acto de conexión con el pasado y la tradición.
Entre platos abundantes y un ambiente familiar, los bodegones destacan por su calidez y la atención personalizada de sus mozos. Algunos de estos establecimientos han resistido el paso del tiempo, mientras que otros, aunque nuevos, ya han logrado establecerse como clásicos de la gastronomía local.
Spiagge di Napoli
Ubicado en Boedo, Spiagge di Napoli fue fundado en 1926 por Giovanni Ranieri, un inmigrante italiano. Este bodegón es un símbolo de la herencia cultural italiana en Buenos Aires, ofreciendo un menú que fusiona sabores de la costa adriática con la cocina criolla. La tercera y cuarta generación de la familia Ranieri continúa al frente, manteniendo la esencia del lugar intacta.
Cantina Bruno
Inaugurada en 1957, Cantina Bruno es un legado familiar que ha sabido adaptarse a las generaciones. Su fundador, Pier Paolo, llegó a Argentina desde Calabria y estableció un lugar que, aunque ha evolucionado, nunca ha perdido su esencia de bodegón. El menú incluye platos italianos clásicos y especialidades como ranas y caracoles.
Café Saeta
Reabierto por Lucas Pérez, Café Saeta revive la historia de un bar que cerró sus puertas hace 23 años. Originalmente fundado en 1962, el lugar se ha restaurado con el mismo nombre y espíritu, ofreciendo una carta que incluye tortilla española y platos ibéricos, además de nuevas propuestas que atraen a los jóvenes.
Bar Café La Escuela
Con más de tres décadas de historia, Bar Café La Escuela es un referente en Núñez. Enrique Spinelli, su dueño, ha mantenido el legado familiar a pesar de los desafíos. Este bar es conocido por su ambiente acogedor y su conexión con la comunidad, donde cada cliente tiene su propia historia.
Ácido
Ácido representa una nueva generación de bodegones, fusionando la tradición con un enfoque contemporáneo. En Chacarita, este restaurante destaca por su cocina audaz y un ambiente relajado. Su menú cambia frecuentemente, ofreciendo platos innovadores que invitan a compartir en un entorno distendido.
Estos cinco bodegones son solo una muestra de la rica tradición gastronómica de Buenos Aires, donde cada visita es una oportunidad para disfrutar de la historia y la cultura local.
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