**
“Si uno quiere dedicarse a la conservación de una especie o de un hábitat, una característica que tenés que tener es nunca perder la esperanza”. Con estas palabras, el biólogo mexicano Gustavo Cárdenas resume la lucha diaria por salvar a la vaquita marina (Phocoena sinus), el mamífero marino más amenazado del planeta.
La vaquita: una especie al borde de la extinción
La vaquita habita únicamente en el norte del Golfo de California, también conocido como Mar de Cortés, en el oeste de México. Cárdenas y otros científicos monitorean constantemente los sonidos y avistamientos de esta especie en peligro crítico de extinción. Las estimaciones de población han disminuido drásticamente: al menos 567 individuos en 1997, 245 en 2008, y entre seis y ocho en 2024, según estimaciones conservadoras del mínimo de sobrevivientes en una zona más reducida del área de distribución original. Cárdenas aclara que las cifras de 1997 y 2008 son estimaciones de toda el área de distribución, mientras que las de 2023 y 2024 se basan en una zona más pequeña.
Este declive vertiginoso no es solo una cuestión de conservación, sino una lucha contra la pesca ilegal, el narcotráfico y la alta demanda en el mercado chino. La pregunta clave es: ¿qué se puede hacer para salvarla, y por qué es tan crucial el trabajo de Cárdenas y sus colegas?
La amenaza de las redes de pesca
La principal amenaza para la vaquita es la captura incidental en redes de enmalle, utilizadas en la pesca ilegal de la totoaba (Totoaba macdonaldi), otra especie en peligro crítico. La vejiga natatoria de la totoaba se considera un artículo de lujo en China, con un precio de entre US$20.000 y US$80.000 el kilo, según Earth League International (ELI). Esta alta demanda impulsa la pesca ilegal, que resulta letal para la vaquita. Las redes, de cientos o miles de metros de largo y hasta 10 metros de alto, crean una “cortina” en el mar, invisible para las vaquitas, que mueren ahogadas al quedar atrapadas.
El desafío de estudiar a la vaquita
Además de la pesca ilegal, estudiar a la vaquita presenta dificultades. Su pequeño tamaño (aproximadamente 1,5 metros de longitud) y su comportamiento evasivo dificultan su observación. Los científicos utilizan binoculares de alto alcance y cruceros de observación con buques de Sea Shepherd, una organización internacional de conservación, para avistarlas y registrar fotografías de sus dorsales, que presentan marcas únicas en cada individuo. Para localizarlas, se realiza un monitoreo acústico pasivo.
Monitoreo acústico: escuchando los “susurros” de la vaquita
Las vaquitas emiten chasquidos a alta frecuencia para comunicarse y orientarse. El monitoreo acústico pasivo, mediante detectores acústicos autónomos (C-POD y F-POD) colocados en el agua, registra estos sonidos durante meses. Los pescadores locales de San Felipe colaboran en la colocación y recuperación de estos dispositivos, facilitando la recolección de datos. El análisis de estos datos, junto con la información de los cruceros de observación, permitirá una nueva estimación de la población para 2025, esperada para fines de octubre.
Redes criminales y la lucha internacional
Salvar a la vaquita requiere una acción internacional. La pesca ilegal de totoaba está profundamente ligada al crimen organizado, incluyendo cárteles mexicanos y redes criminales chinas. La investigadora Vanda Felbab-Brown del Instituto Brookings destaca la complejidad del problema, incluyendo el uso de drogas como la metanfetamina como pago a pescadores, y el intercambio de productos del mar ilegalmente obtenidos por precursores químicos para la producción de fentanilo y metanfetamina entre cárteles mexicanos y redes chinas. Se requiere una acción contundente de las fuerzas del orden, alternativas económicas para los pescadores y medidas en China para reducir la demanda.
Acciones del gobierno mexicano
El gobierno mexicano ha implementado medidas como un refugio de 1.263 kilómetros cuadrados donde la pesca es ilegal, y una zona de tolerancia cero (ZTC) de 288 km² con prohibición total de entrada de embarcaciones. Tras una sanción de CITES en marzo de 2023 por inacción, México presentó un plan de acción que incluye medidas para impedir el ingreso de embarcaciones a la ZTC, fortalecer la inteligencia contra el tráfico ilegal, y promover artes de pesca alternativas. La instalación de bloques de concreto con ganchos de acero en la ZTC ha reducido la presencia de embarcaciones en un 97% entre 2023 y 2024, según Mariana Boy Tamborrell de PROFEPA.
Esperanza para la recuperación
A pesar de la gravedad de la situación, Cárdenas mantiene la esperanza. Estudios genéticos indican que, eliminando la mortalidad por redes de enmalle, la población tiene alta probabilidad de recuperación. La observación de crías y animales sanos en cruceros recientes refuerza esta posibilidad. Si bien el camino es largo y complejo, la resiliencia de la vaquita y los esfuerzos conjuntos de científicos, gobierno y organizaciones internacionales mantienen viva la esperanza de su supervivencia.
*Por Alejandra Martins
Fuente original: ver aquí