El dolor crónico es una de las principales preocupaciones de la medicina moderna, afectando a una de cada cinco personas y siendo la principal causa de dependencia a nivel mundial. Los tratamientos actuales son frecuentemente ineficaces o generan efectos secundarios graves, como la adicción a opioides. Sin embargo, una investigación publicada en la revista Nature ha revelado un avance significativo en este campo.
Un gen responsable del dolor crónico
Un equipo internacional de científicos ha identificado el gen SLC45A4 como un elemento clave en la percepción del dolor. Este gen proporciona las instrucciones para fabricar una proteína que actúa como un “guardián” de las neuronas sensoriales, regulando el paso de moléculas llamadas poliaminas.
Al modificar esta proteína, los investigadores lograron reducir la intensidad de ciertos tipos de dolor sin afectar otras sensaciones, como el tacto. Este descubrimiento no solo resuelve un enigma biológico, sino que también abre la posibilidad de desarrollar una nueva generación de analgésicos para pacientes con dolor crónico.
Investigación basada en el ADN de 130.000 personas
Identificar un pequeño gen dentro del genoma humano es un desafío debido a la vasta cantidad de información disponible. Para ello, los investigadores analizaron datos genéticos y cuestionarios sobre dolor de más de 132.000 personas del UK Biobank, uno de los mayores repositorios de información médica y genética del mundo.
Utilizando un estudio de asociación de genoma completo (GWAS), se descubrió que ciertas variantes del gen SLC45A4 estaban significativamente asociadas con la intensidad del dolor crónico reportado por los participantes. Este hallazgo fue confirmado en otras bases de datos, como el Million Veteran Program de Estados Unidos y el FinnGen de Finlandia.
El papel de SLC45A4 en la modulación del dolor
El gen SLC45A4 produce una proteína transportadora que regula el paso de poliaminas en las células. Durante situaciones de dolor, los niveles de poliaminas aumentan, pero su mecanismo de acción no estaba claro hasta ahora. La proteína SLC45A4 actúa como la “puerta” que permite la entrada y salida de estas moléculas.
Los experimentos en ratones modificados genéticamente para carecer del gen SLC45A4 mostraron que, aunque eran normales en apariencia, presentaban una resistencia notable al dolor crónico, aunque respondían de manera similar al dolor agudo. Esto indica que SLC45A4 no es un interruptor que apaga el dolor, sino un regulador que afecta el dolor persistente, característico del dolor crónico.
Una nueva esperanza para millones
Este descubrimiento tiene implicaciones significativas para el desarrollo de nuevos analgésicos. Los medicamentos actuales actúan sobre receptores o bloquean su actividad, mientras que los fármacos diseñados para modular la actividad de SLC45A4 podrían reducir el umbral del dolor en pacientes crónicos sin afectar las respuestas protectoras ante el dolor agudo, y posiblemente con menos efectos secundarios.
El material genético humano aún tiene muchos aspectos desconocidos, y este hallazgo podría ser un paso importante hacia nuevas técnicas y tratamientos para enfermedades graves.
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