Durante una hora, China sufrió un corte en una de las principales vías de tráfico cifrado hacia el exterior, lo que afectó diversas aplicaciones y servicios en el país. Aunque no se trató de un apagón total, el incidente dejó a muchas plataformas inoperativas, con aplicaciones que no respondían y servicios que fallaban en el cruce fronterizo. Este corte, que duró 74 minutos, no se asemejó a una caída local ni a un problema de un único operador, lo que generó incertidumbre sobre su origen.
El bloqueo se registró en el puerto 443, utilizado para el tráfico HTTPS, entre las 00:34 y las 01:48 del 20 de agosto, hora de Pekín (UTC+8), según el informe de GFW Report. A pesar de que el impacto fue notable, otros puertos, como el 80 y el 22, continuaron funcionando sin problemas, lo que indica que el corte fue selectivo y no afectó la red interna de China.
Los análisis técnicos sugieren que el corte se debió a la inyección de paquetes RST+ACK, que actúan como órdenes de cierre de conexión, lo que no corresponde a una congestión normal de la red. Este fenómeno afectó tanto a las conexiones que salían de China como a las que intentaban ingresar.
Plataformas como WeChat, Baidu y Weibo no reportaron caídas generalizadas, ya que su infraestructura principal opera dentro del país. Sin embargo, muchas aplicaciones chinas dependen de servidores externos para ciertas funciones, lo que pudo haber causado fallos durante el bloqueo del tráfico cifrado.
El impacto fue más evidente en servicios internacionales, donde algunas funciones de empresas como Apple y Tesla se vieron interrumpidas para usuarios en China. El corte dejó a muchos servicios inaccesibles, lo que resalta la vulnerabilidad del canal cifrado hacia el exterior.
A pesar de que el tráfico volvió a la normalidad y no se observaron consecuencias a gran escala, el incidente quedó sin explicaciones oficiales. Este evento subraya la capacidad de intervención del Gran Cortafuegos de China, que sigue operando como un mecanismo de control sobre el acceso a Internet.
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