Las autoridades rusas han implementado nuevas medidas represivas, incluyendo la prohibición de buscar términos como “Navalni”, “LGTB” o “Greenpeace” en internet. A partir del 1 de septiembre, las nuevas leyes permitirán a las fuerzas de seguridad multar a quienes busquen material considerado extremista, con multas de hasta 5.000 rublos (53 euros). La redacción vaga de estas leyes facilita su uso arbitrario.
El Kremlin ha intensificado su control sobre la oposición y la élite del país, anunciando la construcción de más centros de detención preventiva, conocidos como SIZO, y un aumento significativo en el presupuesto para prisiones. El Gobierno también ha retirado a Rusia del convenio europeo para la prevención de la tortura, lo que limita el acceso a sus cárceles.
Las paredes escuchan
La nueva legislación se suma a una lista de alrededor de 5.500 artículos y organizaciones que el Gobierno ha declarado extremistas. Esto incluye desde el movimiento LGTB hasta las organizaciones de Alexéi Navalni y Greenpeace. Aunque se ha prometido que el uso de VPN no será castigado, la vaguedad de la ley permite su aplicación contra cualquier contenido que promueva actividades extremistas.
Las fuerzas de seguridad tendrán acceso a las búsquedas de los ciudadanos, y se ha condenado a empresas como Yandex por negarse a proporcionar acceso al FSB. Además, el uso de aplicaciones de mensajería no aprobadas será considerado una agravante en las condenas. Desde septiembre, los inmigrantes de ciertos países deberán instalar aplicaciones que informen sobre su geolocalización.
Nadie está a salvo
La situación se agrava con la nueva prohibición para los ciudadanos etiquetados como agentes extranjeros, quienes no podrán participar en actividades educativas o divulgativas. Esto ha llevado a librerías a deshacerse de obras de autores afectados. A partir del 1 de septiembre, las escuelas reducirán las horas de idiomas extranjeros y aumentarán la propaganda sobre la invasión de Ucrania.
La reciente catalogación del “movimiento satánico internacional” como extremista ha generado multas por posesión de imágenes consideradas ofensivas. Un hombre en Kurgán fue multado por tener una imagen de un demonio en VKontakte, lo que demuestra la creciente vigilancia sobre la expresión cultural y personal en Rusia.
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