La Comisión Europea ha multado a Google con 2.950 millones de euros por abuso de su posición en el mercado publicitario digital. Esta sanción se produce tras una investigación que reveló prácticas de autopreferencia que perjudicaron a competidores, anunciantes y editores. Además, el Ejecutivo comunitario ha insinuado que Google podría necesitar desinvertir parte de su negocio publicitario para resolver la situación. Esta medida aumenta la presión sobre las grandes tecnológicas y refuerza el papel regulador de la Unión Europea.
Detalles de la investigación y la sanción
La investigación de la Comisión Europea sobre Google se inició en 2021, al detectar indicios de abuso de posición dominante en el sector publicitario digital. En 2023, se emitió un pliego de cargos al que Google respondió a finales de ese año. La investigación se centró en el servidor de anuncios DFP y las herramientas de compra programática Google Ads y DV360, que operan en el Espacio Económico Europeo.
La decisión se basa en el uso de la autopreferencia, donde Google, desde 2014, otorgó ventajas a su propia plataforma AdX, lo que habría reducido la competencia y consolidado su poder en la cadena publicitaria. La multa se calculó considerando la duración y gravedad de la infracción, así como el volumen de negocio de AdX en el EEE.
Próximos pasos para Google
Bruselas ha dado a Google un plazo de 60 días para presentar un plan que elimine los conflictos de interés en su cadena publicitaria. Si la propuesta no cumple con los criterios establecidos, la Comisión podría imponer remedios estructurales. La comisaria española Teresa Ribera ha enfatizado que Google debe abordar sus conflictos de interés o enfrentarse a medidas contundentes.
La sanción no solo afecta a Google, sino que también permite a los afectados reclamar compensaciones, ya que las resoluciones de la Comisión son prueba concluyente de la infracción. Esto busca no solo corregir el mercado, sino también reparar a quienes sufrieron las consecuencias de las prácticas anticompetitivas.
La decisión de Bruselas también puede tener un impacto significativo en el sector publicitario digital, promoviendo una mayor competencia y reduciendo la dependencia de editores y anunciantes de un único intermediario.
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