La crianza respetuosa se interpreta de diversas maneras. Algunos piensan que respetar a los hijos implica escucharlos y permitirles actuar según sus deseos, asumiendo que ellos conocen sus necesidades y el ritmo adecuado para su desarrollo.
Sin embargo, esta perspectiva puede generar problemas cuando los padres se frustran por la falta de progreso o cuando los hijos toman decisiones perjudiciales, como dormir menos de lo necesario o abusar del uso de dispositivos electrónicos. Esto puede resultar en irritabilidad y bajo rendimiento escolar, lo que confunde a los padres sobre las causas. Es fundamental que los adultos también reciban respeto y que los hijos aprendan esta lección.
Por otro lado, existe otra interpretación de la crianza respetuosa que implica una disciplina no abusiva, donde los padres establecen límites adecuados y comprenden los deseos y emociones de sus hijos.
La crianza vertical se asocia a menudo con un enfoque autoritario, donde se imponen reglas sin espacio para la reflexión y la toma de decisiones por parte de los niños. Esto puede llevar a una baja autoestima, ya que los niños sienten la necesidad de ocultar aspectos de su interior que no se alinean con la autoridad parental.
En contraste, la crianza horizontal promueve un enfoque más permisivo, donde todos los miembros de la familia tienen voz. Aunque esto puede elevar la autoestima de los hijos, también puede dejarlos vulnerables ante situaciones desafiantes, ya que no desarrollan habilidades para lidiar con la frustración o el dolor.
Una solución es integrar ambos enfoques, creando una crianza vertical respetuosa donde los adultos guían a los niños con amor y protección, permitiendo que estos aprendan de sus errores y tomen decisiones informadas a medida que crecen.
Este estilo de crianza fomenta una relación asimétrica: los adultos, con su experiencia y empatía, cuidan de los hijos, quienes se sienten valorados y escuchados. Así, se les enseña a manejar las dificultades y a desarrollar una autoestima sólida, ya que no solo se sienten queridos, sino también respetados.
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