Antonio Grimau, reconocido galán de telenovelas, ha regresado al escenario con la obra Déjame amarte, que se presentará el primer fin de semana de septiembre en el Centro Cultural 25 de mayo, con entrada gratuita. En una conversación íntima, el actor compartió sus inicios y cómo su vocación le ha salvado la vida en múltiples ocasiones, especialmente tras la muerte de su hijo Lucas hace quince años.
El actor, rodeado de tangos de Carlos Gardel en su cálido departamento lleno de arte, reflexionó sobre su trayectoria y el impacto de la actuación en su vida. “La historia de Déjame amarte es un culebrón musical que rinde homenaje a lo que fue la fotonovela y el teleteatro”, comentó Grimau, quien se siente emocionado de volver a un género que lo ha acompañado a lo largo de su carrera.
Recordó que su primera gran popularidad la obtuvo en la novela Trampa para un soñador, donde trabajó junto a Cristina Alberó. A pesar de que la industria audiovisual ha cambiado drásticamente, Grimau se muestra optimista sobre su futuro en la actuación y menciona proyectos en los que está involucrado, como Cafetín de tango y Vamos los pibes.
Grimau también habló sobre sus relaciones personales, destacando su buena conexión con Leonor Manso y sus hijas, Antonia y Luciana, así como sus nietas. “La vida es un culebrón”, expresó, refiriéndose a su infancia y las pérdidas que ha enfrentado.
Finalmente, el actor subrayó su deseo de seguir trabajando en la actuación, rechazando la idea de retirarse. “Lo mío es tener salud y fuerzas para seguir”, concluyó Grimau, reafirmando su compromiso con la actuación y su amor por el arte.
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