Pallarés sugiere que esta desconexión podría estar relacionada con mecanismos neuronales similares a los que impiden disfrutar de otras experiencias placenteras, como la comida o las interacciones sociales. Sin embargo, aún se desconoce mucho sobre esta condición.

Naturaleza vs. crianza

Una de las incógnitas es si la anhedonia musical específica es un rasgo estable. ¿Es la desconexión cerebral que la causa permanente o puede modificarse a través de entrenamiento, terapia o intervenciones farmacológicas? Pallarés y su equipo están investigando estas preguntas, comenzando por el análisis del ADN.

“Queremos entender hasta qué punto la anhedonia musical específica tiene una base genética y hasta qué punto es resultado de condicionamiento cultural”, explica Pallarés. Sus coautores han realizado un estudio inicial para rastrear los genes responsables de esta condición y han encontrado que aproximadamente el 50% de la variabilidad en nuestra sensibilidad a la música se explica por componentes genéticos.

Una vez resuelta la cuestión de naturaleza versus crianza, el equipo planea investigar si este mecanismo se generaliza a otras condiciones similares. “Queremos ver si una desconexión similar causa otros trastornos específicos de ciertos estímulos. Luego, tendremos que investigar si podemos revertir eso”, concluye Pallarés.

El artículo de Pallarés sobre la anhedonia musical específica se publica en Trends in Cognitive Sciences: https://doi.org/10.1016/j.tics.2025.06.015