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Alemania cambia su política de inmigración tras la era Merkel

Hace 10 años, el 31 de agosto de 2015, durante la crisis de los refugiados, la entonces canciller alemana, Angela Merkel, pronunció las palabras “Wir schaffen das” (lo lograremos) en una rueda de prensa en Berlín. Estas palabras se convirtieron en un símbolo de esperanza, aunque con el tiempo se volvieron en su contra.

La decisión de Austria y Alemania de no rechazar a cerca de 3.000 refugiados que llegaban tras días varados en Budapest marcaría su mandato. Merkel defendió esta acción como humanitaria y en línea con los valores europeos. Sin embargo, su partido, ahora liderado por el canciller Friedrich Merz, ha abandonado esa política, implementando controles en todas las fronteras y devoluciones en caliente.

En una reciente entrevista, Merkel reflexionó sobre su decisión, indicando que nunca se arrepintió, aunque reconoció que polarizó la opinión pública y contribuyó al auge del partido Alternativa para Alemania (AfD). A pesar de las críticas, subrayó que había que elegir entre acoger a los refugiados o expulsarlos por la fuerza, opción que nunca consideró.

La llegada masiva de refugiados en 2015 planteó grandes retos a Alemania, incluyendo 1,2 millones de solicitudes de asilo y una presión significativa sobre los servicios públicos. La situación cambió a partir de 2017, aunque la invasión rusa de Ucrania volvió a aumentar las cifras de refugiados.

Un estudio del Instituto de Investigación del Mercado Laboral y Profesional (IAB) indica que la mayoría de los refugiados de 2015 están bien integrados en el mercado laboral, con una tasa de empleo del 64% en 2024. Sin embargo, muchos se encuentran en trabajos que no corresponden a su nivel de cualificación y reciben salarios bajos.

Expertos como Jonas Wiedner han señalado que los niños refugiados enfrentan dificultades significativas para integrarse y acceder al mercado laboral, lo que representa un desafío social y económico para Alemania, que envejece rápidamente.

Refugiados como Aghiad Malik y Anas Modamani han compartido sus experiencias, destacando tanto el apoyo recibido como las dificultades culturales y burocráticas que enfrentan en su vida diaria en Alemania.

El ‘factor AfD’

El ascenso del partido ultraderechista AfD, que se convirtió en el segundo más votado en las últimas elecciones, ha generado preocupación entre los refugiados. Modamani reflexiona sobre el cambio en la percepción de los musulmanes y la polarización de la sociedad alemana tras incidentes como los acosos en Colonia en 2015.

Wiedner señala que la migración ha amplificado las discrepancias existentes en la sociedad alemana, generando tensiones en áreas como la educación y el mercado inmobiliario. Con la economía estancada, los ataques perpetrados por solicitantes de asilo han centrado el debate político, llevando a Merz a prometer detener la migración irregular y permitir el rechazo de solicitantes en la frontera. Una década después de la decisión de Merkel, el actual canciller ha admitido que “no lo hemos logrado”.

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