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La supercomputación se ha convertido en un pilar fundamental del avance tecnológico, impulsando la investigación en ciencia, innovación y defensa. La capacidad de procesamiento de estos sistemas se mide en escalas cada vez mayores, con la exaescala representando un hito significativo. Estados Unidos ha liderado este campo, con superordenadores como Frontier (1,102 exaflops), El Capitan y Aurora alcanzando este nivel de rendimiento. La información sobre el desarrollo de superordenadores a exaescala en China, sin embargo, permanece limitada.

El superordenador Jupiter: un hito para Europa

Europa ha dado un paso crucial en la carrera de la supercomputación con la puesta en marcha de Jupiter, su primer superordenador a exaescala. Instalado en el Centro de Supercomputación de Jülich, Alemania, este sistema representa un avance significativo para la investigación europea.

Jupiter se basa en la plataforma NVIDIA Grace Hopper y la arquitectura BullSequana XH3000 de Eviden, un sistema de refrigeración líquida que optimiza la eficiencia y el rendimiento. Se espera que alcance hasta 90 exaflops en cargas de inteligencia artificial, abriendo nuevas posibilidades en campos como la investigación climática, la neurociencia y la simulación cuántica.

Inauguración y posicionamiento global

La inauguración oficial de Jupiter tuvo lugar el 5 de septiembre en Jülich, con la participación de autoridades alemanas, representantes europeos y líderes de la industria tecnológica. El canciller alemán, Friedrich Merz, lo calificó como un proyecto pionero para Europa, destacando su capacidad para impulsar avances en áreas como el entrenamiento de modelos de IA y las simulaciones científicas. Según la lista Top500, Jupiter se sitúa como el cuarto superordenador más potente del mundo.

La Unión Europea resalta que Jupiter opera íntegramente con energía renovable, gracias a la contratación de suministro verde en la red alemana, y que su rack JEDI lidera la clasificación de eficiencia energética Green500.

Especificaciones técnicas de Jupiter

Las características técnicas de Jupiter son impresionantes:

  • 24.000 superchips NVIDIA GH200 Grace Hopper
  • 51.000 conexiones de red con tecnología InfiniBand Quantum-2
  • Capacidad de almacenamiento cercana a un exabyte (un millón de terabytes)
  • Instalación modular con 50 contenedores especializados
  • Consumo máximo de 17 MW, equivalente al consumo de aproximadamente 11.000 viviendas
  • Un rack JEDI líder en eficiencia energética a nivel mundial

Importancia estratégica para Europa

La puesta en marcha de Jupiter marca un cambio significativo para Europa, que hasta ahora se encontraba rezagada en la carrera de la supercomputación respecto a Estados Unidos. Este superordenador proporciona a investigadores, empresas y centros académicos europeos acceso a una infraestructura de primer nivel sin depender de recursos externos. Esto fomenta el desarrollo de talento local, la consolidación de experiencia en el manejo de estos sistemas y el fortalecimiento de la soberanía tecnológica en un contexto donde la inteligencia artificial y la capacidad de cálculo son estratégicos.

Aplicaciones de Jupiter: un amplio abanico de posibilidades

Los primeros proyectos seleccionados para utilizar Jupiter ilustran la versatilidad de este superordenador:

  • Clima: Simulaciones climáticas a escala de un kilómetro para el proyecto Destination Earth.
  • IA europea: Entrenamiento de modelos de lenguaje en múltiples idiomas europeos.
  • Neurociencia: Simulación del comportamiento de neuronas a nivel subcelular.
  • Cuántica: Simulación de sistemas cuánticos con el objetivo de superar los 50 qubits.
  • Astrofísica: Estudio de la reionización cósmica.
  • Física de partículas: Aumento de la resolución de cálculos sobre el muon.
  • Modelos de vídeo: Investigación en arquitecturas de compresión y difusión.
  • Modelos multimodales: Escalado de modelos abiertos y multilingües.

Acceso y futuro de Jupiter

El acceso a Jupiter se realizará mediante convocatorias bianuales. Actualmente, hay 30 proyectos en marcha. Se prevé una vida útil de al menos seis años, garantizando la continuidad de la investigación en este campo.

Conclusión: una apuesta estratégica

Jupiter no es simplemente un logro tecnológico; es una inversión estratégica que posiciona a Europa en la vanguardia de la supercomputación, permitiéndole competir al máximo nivel en ciencia e inteligencia artificial con eficiencia energética e independencia tecnológica.

Fuente original: ver aquí