En 2025, España y Portugal han enfrentado una serie de incendios forestales devastadores, con un análisis científico que concluye que la crisis climática ha sido un factor determinante. Este estudio indica que el cambio climático ha multiplicado por 40 la probabilidad de que se presenten condiciones meteorológicas extremas que avivan las llamas.
Intensidad de los incendios. El informe señala que estos fenómenos han sido un 30% más intensos de lo que habrían sido en un mundo sin calentamiento global. Aunque no se afirma que el cambio climático cause incendios, sí se destaca que aumenta su fuerza destructiva al hacerlos más incontrolables.
Cifras alarmantes. Según el informe de la red World Weather Attribution, para el 1 de septiembre, los incendios habían quemado aproximadamente 380,000 hectáreas en España y 260,000 en Portugal, sumando un total de 640,000 hectáreas. Esta área es cuatro veces mayor que Londres y representa alrededor del 1% de la Península Ibérica.
Históricamente, 2025 será recordado como el quinto año con mayor superficie quemada en España desde que se tienen registros en 1961. A nivel europeo, se considera el peor año desde que el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) comenzó a registrar datos en 2006, con más de un millón de hectáreas calcinadas, de las cuales dos terceras partes corresponden a España y Portugal.
Condiciones extremas. Clair Barnes, científica del Imperial College de Londres y coautora del estudio, afirma que las condiciones climáticas han favorecido incendios de una intensidad sin precedentes. Estas condiciones de riesgo extremo para la propagación del fuego, que antes ocurrían cada 500 años, ahora se presentan cada 15 años bajo el clima actual.
El estudio destaca que la ola de calor en España, que duró 16 días y tuvo una anomalía de temperatura de 4.6 °C superior al clima preindustrial, fue un factor clave en la cantidad de incendios. Además, se prevé que una ola de calor similar ocurra cada 13 años, en comparación con menos de una vez cada 2,500 años en la era preindustrial.
Factores adicionales. Aunque el cambio climático es el principal amplificador de estos incendios, no es el único factor. La despoblación rural y el envejecimiento de la población en España y Portugal han dejado grandes extensiones de terreno forestal sin gestionar, lo que ha creado una acumulación de vegetación seca que actúa como combustible. La disminución de prácticas tradicionales, como el pastoreo, ha reducido el control natural sobre esta vegetación.
David García, matemático de la Universidad de Alicante y coautor del estudio, señala que el debate público se ha centrado en el declive de actividades rurales, mientras que el efecto del cambio climático ha sido inmenso pero menos discutido. Además, se estima que cerca del 90% de los incendios cuya causa se identifica son provocados por la acción humana, ya sea de manera intencionada o accidental.
Metodología del estudio. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron el Índice de Severidad Diario (DSR), que combina datos de precipitaciones, temperatura, humedad y viento para estimar la probabilidad y severidad de un incendio. Esto les permitió cuantificar la “huella” del cambio climático en eventos extremos específicos.
Conclusiones finales. La crisis climática está llevando al límite los ecosistemas y la capacidad de respuesta. Por primera vez, España activó el Mecanismo de Protección Civil de la UE para solicitar ayuda en la lucha contra los incendios forestales, y se están considerando nuevas regulaciones para prepararse para futuros desafíos.
Fuente original: ver aquí