Bad Bunny se ha consolidado como uno de los artistas latinos más importantes del mundo, manteniendo siempre su conexión con sus raíces puertorriqueñas. Su música refleja su origen, lo que lo ha convertido en un activo financiero significativo para Puerto Rico, a pesar de su reconocimiento internacional.
Un ejemplo. Uno de sus recientes éxitos, ‘Nuevayol’, es un dembow que samplea una canción de Andy Montañez y el Gran Combo de Puerto Rico, reconocidos intérpretes de salsa. El videoclip retrata la vida cotidiana de la diáspora puertorriqueña en Nueva York y presenta la Estatua de la Libertad con una bandera de Puerto Rico. La letra de la canción celebra la identidad y tradiciones puertorriqueñas, convirtiéndose en un fenómeno viral entre inmigrantes puertorriqueños en Estados Unidos.
30 días en Puerto Rico. Bad Bunny ha iniciado una residencia de 30 días en San Juan, Puerto Rico, que concluirá el 14 de septiembre, antes de reanudar su gira mundial por Japón y Europa. Esta decisión se interpreta como una respuesta a su ausencia en Estados Unidos, donde muchos ven su falta de presentación como una protesta contra las políticas anti-inmigratorias. Esta residencia ha impulsado el turismo y la vida cultural del archipiélago.
200.000 visitantes. Se estima que los conciertos atraerán a aproximadamente 200,000 visitantes a Puerto Rico, justo cuando la isla necesita un impulso tras el cierre de la temporada veraniega. Un artículo de The Wall Street Journal menciona que los fans aprovechan los conciertos para visitar la isla, con algunos planeando estancias prolongadas y gastos significativos. Celebridades como Alexandria Ocasio-Cortez, LeBron James y Penélope Cruz han asistido, generando un eco mediático beneficioso para Puerto Rico.
Dinero para el pueblo. La organización Discover Puerto Rico estima que este flujo de visitantes generará 196 millones de dólares para la economía local, lo que representa un impacto considerable. Bad Bunny es consciente de que sus actuaciones no solo generan ingresos por los conciertos, sino también por el consumo en restaurantes, hoteles y otros servicios.
Lo que mueven los artistas. El año pasado, se discutió la economía generada por Taylor Swift en sus conciertos, que alcanzó los 10,000 millones de dólares en Estados Unidos. Bad Bunny ha optado por que una parte similar de esos ingresos beneficie a su país natal, lo que otorga un significado especial a su decisión de no presentarse en Estados Unidos por segundo año consecutivo.
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