El proyecto político de Yolanda Díaz enfrenta un nuevo desafío. Movimiento Sumar, partido que se fundó oficialmente hace un año y medio, atraviesa turbulencias tras la inesperada dimisión de Carlos Martín como coordinador, solo seis meses después de su elección. Esto obliga a la formación a elegir nuevamente su cúpula, en un grupo de coordinación que se llevará a cabo este otoño.
La salida de Yolanda Díaz como líder del partido en junio del año pasado, tras un mal resultado en las elecciones europeas, dejó un periodo de interinidad que se resolvió nueve meses después. Este proceso se prolongó debido a la dimisión de Iñigo Errejón, quien dejó su cargo entre acusaciones de acoso sexual. En marzo, la II Asamblea de Movimiento Sumar designó como coordinadores a Lara Hernández y Carlos Martín Urriza, este último un fichaje destacado de Díaz para las elecciones generales.
Martín Urriza, economista con una larga trayectoria en CCOO, dimitió inesperadamente a principios de agosto, dejando todos sus cargos en el partido. Alegó problemas de salud y anunció que se enfocaría en su actividad parlamentaria como portavoz económico de Sumar. Con su salida, Hernández queda como única dirigente de la coordinación del partido. Sin embargo, el documento del partido establece que la coordinación debe ser ocupada “paritariamente por dos personas”, lo que abre un nuevo proceso de elección.
El grupo de coordinación es responsable de aprobar a sus nuevos líderes con una mayoría reforzada de dos tercios y debe reunirse cada tres meses. Tras su última reunión en julio, deberá convocarse antes de finales de octubre. La incertidumbre radica en si el partido realizará esta elección en su próxima reunión o si postergará la decisión.
Los documentos del partido indican que la coordinación debe elegirse en la primera reunión posterior a la Asamblea, pero no especifican el procedimiento en caso de dimisiones. Las dificultades que surgieron en primavera para que los candidatos aceptaran postularse generan dudas sobre quién será el nuevo representante orgánico de Movimiento Sumar junto a Hernández.
Crítico con la financiación singular
La dimisión de Martín Urriza se produce un año después de que criticara abiertamente la financiación singular para Cataluña. Se convirtió en una de las voces más duras de la izquierda alternativa contra esta medida, adoptando una postura que también fue respaldada por Izquierda Unida, en contraposición a la posición oficial de Sumar.
Martín Urriza, que nunca había estado vinculado a partidos, expresó su rechazo en términos contundentes, argumentando que la propuesta rompía la igualdad entre territorios y evidenciaba una división interna en la coalición de izquierdas. Esa crisis se resolvió con un acuerdo interno para evitar pronunciamientos hasta conocer la propuesta concreta. Sin embargo, Martín Urriza fue percibido como alguien heterodoxo y desconectado de las directrices orgánicas.
Su elección como coordinador general de Movimiento Sumar sorprendió a algunos, quienes cuestionaron su perfil centralista y su postura sobre las cesiones a Cataluña. Desde su llegada a la cúspide orgánica, Hernández ha asumido la mayoría de las funciones del partido, mientras que Martín Urriza se ha centrado más en el diseño de políticas económicas, funciones que continuará desempeñando sin un cargo oficial.
Fuente original: ver aquí